Mensaje 4 – Serie: Viviendo en el Espíritu | Nacidos del Espíritu 5l4510

Dicen que lo peor no es estar perdido, sino pensar que estás en el camino correcto.

Imagínate que alguien lleva años caminando por una ruta, convencido de que va hacia la vida, cuando la realidad se aleja más y más de ella.

No es rebelde, no es impío, o sea, malvado a los ojos del mundo.

Al contrario, es respetado, es sabio, religioso, pero tiene un problema, está espiritualmente muerto.

¿Y qué crees? No lo sabe.

Pues este es el caso de un hombre llamado Nicodemo.

Hermanos, creo que en más de una ocasión nosotros hemos visto este pasaje en las clases de los miércoles.

Lo hemos abordado en dos talleres.

Lo hemos visto en si somos verdaderamente cristianos y en este que acabamos de ver, en el que estamos, en un cambio verdadero y hemos hablado de la conversión.

Pero, ¿qué crees? Voy a abordarlo a modo de predicación.

Y yo sé que te vas a dar cuenta que no sabes lo que debes de saber de este pasaje.

Y aún aunque voy a predicar y voy a abordar cosas que sé que van a ser quizá nuevas para ti, no es todo lo que se puede decir de este pasaje.

Entonces, lo peor que puedes hacer hoy es decir, ya sé todo lo que se debe saber de este pasaje, ¿verdad? Porque mi gran lucha fue, ¿qué tanto debo dejar en el pasaje o enseñarte hoy? Porque hubo tantas cosas que dejé fuera.

Entonces, hermano, vamos a hablar de Nicodemo, de este hombre que no era un escéptico, que no era un blasfemo, era un fariseo prominente, un maestro de Israel, un hombre con una vida intachable.

Y sin embargo, cuando tuvo un encuentro con Jesús, escucha una verdad que lo desarma por completo.

Si no naces de nuevo, no puedes ver el reino de Dios.

Así que hoy vamos a centrarnos solamente en los primeros 10 versículos del capítulo 3 de Juan.

Y yo tenía otro mensaje preparado para hoy.

Y el viernes por la noche, por la tarde noche, dije, ¿sabes qué? Vamos a dejarlo ahí y empecé este mensaje.

Creo que va muy de la mano de lo que vamos a hablar, ¿verdad? O de lo que hablamos la semana pasada y me va a ayudar a abordar aún más profundo este pasaje.

Entonces, vamos a Juan 3 y vamos a ver por qué no basta aparecer vivo si no hay que nacer de arriba.

Mira lo que dice el versículo 1 de Juan, capítulo 3.

Había un hombre de los fariseos llamado Nicodemo, prominente entre los judíos.

Este vino Jesús de noche y le dijo, Rabbi, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales que tú haces y Dios no está con él.

Jesús le contestó, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios.

Nicodemo dijo, ¿cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Jesús respondió, en verdad te digo que el que no nace de agua y del espíritu no puede entrar en el reino de Dios.

Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del espíritu, espíritu es.

No te asombres.