Millennial Hits | Semana del 24 de febrero al 3 de marzo de 2025 6o2x3i

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Nada es lo que era, todo fluye, todo cambia.

Y en Frecuencia Millennial, ahora todo es diferente.

Universe, ¡actualízate! Y prepárate para conocer los 20 éxitos de la semana.

Este es el Top 20 de Frecuencia Millennial.

Ya comienza Millennial Beats.

Con chanclas.

Te dije que no vinieras. Bueno, que no viniéramos, más bien.

Buenas, pésimas, pésimas horas de llegar.

Qué bárbaro, qué bárbaro.

¿Por qué siempre es lo mismo, becaria? ¿Por qué demonios en este programa siempre ocurre lo mismo? Si no es una, es otra.

Por una o por otra no podemos entrar a tiempo, maldita maldición.

Bueno, por lo menos cuéntanos, danos el resumen.

¿Quién ganó? Es lo malo, ese es el problema de que haya dos turnos operando o trabajando con el mismo equipo, con el mismo material.

Es como los del matutino contra los del vespertino.

Yo no sé si a ustedes les tocó en alguna ocasión.

Digo, para todos los que fuimos bastante pobres, los menesterosos y jodidos muertos de hambre que íbamos en escuela pública, pues compartíamos escuela con el turno, ya fuera el de la mañana o el de la tarde, respectivamente.

Por lo que en el de la tarde estaban los más huevones o los burros.

Entonces, sí pobres y jodidos, pero por lo menos listos y abusados.

En la mañana estábamos los listos y aplicados.

Y siempre había esa rivalidad entre el turno matutino y el vespertino porque no quería llegar, dice Aleja.

Si yo estoy aquí desde las 7, ¿cómo crees? Es más, llegué a las 4 y media.

Claro, tuvimos... Bueno, de hecho, llegamos aquí todo el maldito día encerrados.

Dos reuniones en la mañana, una...

Bueno, una en la mañana, otra a mediodía, luego programa en las 5, ahorita en la noche.

Ya nos queríamos largar, pero empezaron ustedes a llegar y luego molestan con que dónde están y a qué hora, y que si no llegamos nos va peor.

Entonces, no nos quedó de otra más que tener que hacer programa porque ya sabemos cómo se ponen y que el maremoto es bien intenso y que quieren saber qué diablos pasó en la semana y si no hacemos programa nos va peor.

Entonces, decidimos que la opción más viable yo creo que era hacer programa.

Y enonces aquí, aquí estamos.

Entonces, así como discutíamos y peleábamos los del turno matutino contra los del vespertino, yo no sé a ustedes cómo les fue en ese aspecto si es que eran igual de pobres que yo y también estudiaron en una escuela pública.

Pero en mi caso, por ejemplo, tenía un amigo al que le decíamos Elena porque era el enano.

¡Enano! Medía 1.60, pero él era todavía más.

O sea, imagínense si yo le decía el enano.

Su nombre era David, pero le decía el enano.

Y a partir de ahí le empecé a decir Elena.

Y entre los dos empezamos de repente a platicar, a socializar con algunos alumnos de la tarde.

Ya saben, el clásico rayón en la mesa de la banca de escuela pública.

Los de la tarde son putos y los de la mañana también y los de la tarde bla y los de la mañana aquello.

Entonces, lo que hacíamos era dejarnos recados mostrando nuestro odio entre los de la mañana y los de la tarde.

Pero como nos sentábamos en la mesa, bueno, en el pupitre del rincón hasta el fondo y hasta la esquina, ahí íbamos escribiendo los recados e íbamos tapando el mensaje que dejaba el anterior con liquid paper.

Yo no sé si todavía se usa, que era como el corrector líquido blanco que se usaba en brochita para tapar, para corregir.

Bueno, realmente lo que hacía era tapar pluma y la escribías encima.

Y era como un barniz horroroso.

Y aparte de bien apestoso.

Entonces íbamos tachando su mensaje y escribíamos uno nuevo encima y luego lo encontrábamos tachado el nuestro y con otro escrito encima en la banca.

¿Cómo debe de ser como buen hooligan, como buen niño de escuela pública?