Misterios y escándalos INGRID BERGMAN / Biografía, Documental / Cine Clásico c2a2p

Ingrid Berman. Durante los años 40, esta saludable belleza sueca cautivó los corazones de los cinéfilos de todo el mundo.

Tenía el control absoluto de la pantalla.

Llegó a convertirse en una especie de ideal, la clase de mujer con la que todo hombre querría casarse. Luego llegó el escándalo, desde luego.

No cualquier escándalo. Uno de los más grandes de Hollywood.

Ingrid Berman se convirtió de pronto en un ángel caído. Sus iradores quedaron aturbidos, su familia devastada y la actriz de 34 años fue crucificada.

Rita Hayworth y Lana Turner. Si esto les hubiera sucedido a ellas, nadie se habría sorprendido, ¿pero Berman? En este episodio de misterios y escándalos veremos gritar al público contra la que fuera su estrella.

La gente en el Congreso se levantaba y la condenaba, y revelaremos las brutales consecuencias de la famosa decisión de Berman.

Fue declarada incompetente como madre.

Nadie debía contratarla, ni tan siquiera decir cosas agradables sobre ella.

Soy AJ Benza, hoy conoceremos el crimen de la pasión de Ingrid Berman.

¿Cómo pudo el secreto de una mujer llevarla de las colinas de Beverly a la de los condenados? El 14 de marzo de 1950, sobre el entarimado del Congreso, el senador por Colorado, Edwin C. Johnson, condenó a la estrella de cine de 34 años, Ingrid Berman, por ser, textualmente, una poderosa influencia de maldad.

Luego propuso que la actriz fuera exiliada del país.

La famosa denuncia contra Berman fue una buena manera de desviar la atención sobre los escándalos que asolaban Washington, y que incluían espías, humores de homosexualidad, y toda esa clase de cosas que sucedían allí.

Lo recuerda el guionista Robert McKee.

Sacó a los políticos americanos de los titulares, y repentinamente el escándalo de Ingrid Berman y Roberto Rossellini estalló y destruyó su carrera.

Pero no ese es el pistoletazo de salida, esta historia comienza algunas décadas antes y a cientos de kilómetros de distancia de Washington.

Ingrid Berman nació en Estocolmo, Suecia, en 1915.

Desde el principio la turbulenta historia de su vida se lee como una tragedia clásica.

Así lo cuenta Lawrence Limer en su biografía sobre Ingrid Ashtangusvay.

Su madre murió de una enfermedad hepática cuando Ingrid tenía solo tres años.

Entonces se refugió en un mundo de fantasía, se metió en su cuarto y soñó.

Y en muchos sentidos ahí es donde nace la actriz.

Cuando tenía 11 años su padre la llevó al teatro por primera vez, y vio todo ese mundo mágico sobre el escenario.

Entonces dijo, papá, eso es lo que quiero hacer.

Pero el entusiasmo de Ingrid pronto se truncó en pena.

Cuando tuvo 12 años su padre llegó un día.

Le enseñó unas radiografías que mostraban que él padecía un cáncer, y le dijo muy francamente a su hija que se estaba muriendo.

A los 13 años Ingrid era huérfana.

Para hacer frente a su dolor se adentró en la interpretación.

En 1933 con 18 años fue aceptada en la Real Academia de Arte Dramático de Estocolmo.

Inmediatamente participó en películas y casi de la noche a la mañana se convirtió en la mayor estrella sueca.

La artista de 18 años compartió éxito y cama con su compañero de 41 años, Edwin Adolfsson.

Pero la aventura acabó cuando Berman conoció a un atractivo dentista de 26 años llamado Peter Lindstrom.

Se recuerda al periodista que fuera amigo de los Lindstrom e Alexander.

Se conocieron en Suecia en una fiesta, y a ella le encantó su manera de bailar.

Él era mayor y alguien cuyos consejos ella podía escuchar y seguir.

Tras dos años de noviazgo Ingrid se casó con Peter el 7 de julio de 1936.

En el 38 la pareja tuvo su primer y único hijo, una niña llamada Pia.

Pero Ingrid tenía más interés en ser actriz que ama de casar.

Con el tiempo Pia se convirtió en una niña a la que cuidaban niñeras y criadas.

Ingrid se llevaba volcada en su carrera.

Ingrid Berman sacrificó constantemente la familia por su carrera, y así fue entonces.

Sintiéndose culpable y arrepentida intentó en muchas ocasiones ser una buena madre y esposa, pero eso era imposible.

Una carrera cinematográfica no parecía posible.

En una industria repleta de chicas malas y rubias explosivas, ¿qué podría ser más original que una ingenua cara fresca con un marido y una recién nacida? La estrella de cine sueca de 23 años Ingrid Berman deslumbró al público europeo con su inocente talento y en 1938 llamó la atención de uno de los productores más famosos de Hollywood.

David Selznick vio a Ingrid Berman en la producción sueca Intermezzo y supo inmediatamente que tenía un enorme carisma.

Así que Selznick consiguió los derechos de Intermezzo e invitó a Ingrid a Hollywood con alguna pequeña condición.

Él quería cambiarla por completo. No le gustaba el nombre de Berman, pensó en Herman, le gustaba ese, y ella le dijo, tiene que aceptarme como soy, simplemente una chica sueca, si no le gusto, me vuelvo a Suecia.