No esperes milagros, el poder está en ti ↦ Enseñanzas de UCDM 95u4b

La mente crística es una mente que lo ve todo interconectado, o sea, que sabe que las cosas no son por casualidad, por buena suerte o mala suerte.

No existe la buena suerte o la mala suerte, existe la experiencia que tú atraes a tu vida.

Tú eres el hacedor de lo que está ocurriendo y entonces comprendes que cada experiencia que tengas en tu vida es una oportunidad de oro para manifestar tu conciencia de unidad.

La mente crística es una mente que lo ve todo interconectado, o sea, que sabe que las cosas no son por casualidad, por buena suerte o mala suerte.

No existe la buena suerte o la mala suerte, existe la experiencia que tú atraes a tu vida.

Tú eres el hacedor de lo que está ocurriendo y entonces comprendes que cada experiencia que tengas en tu vida es una oportunidad de oro para manifestar tu conciencia de unidad.

Y eso se llama conciencia crística, hacer el Cristo en uno mismo.

Y esto es porque estás tan cómoda.

Y esto, corazón, es la experiencia de la paz, que la paz es un como de vida, y una puesta en la paz y una abierta tierra.

Y por eso es tan comoda la paz.

Por eso es tan común, te damos confianza y cuando hablas de abierto, mismo. Y eso, sé que estás tan cómoda, y esto, corazón, no es una cosa que lo voy a hacer de 6 a 7 de la mañana. Eso tiene que ser un hábito de las 24 horas del día. Y eso requiere su timing y, sobre todo, pedir muchas veces ayuda al Espíritu Santo y decir ¡Ey! Expiación. La expiación, que es un concepto que emplea un curso de milagros, es la que deshace el error.

Entonces dice un curso de milagros. Vamos a trazar la línea espacio-tiempo recta. ¿Por qué lo vivimos así? No es que sea así, pero como lo vivimos así, ponemos. Entonces yo aquí tomo una decisión, la que sea, y va pasando y se me repiten las experiencias en función de la decisión que tome. Me van siguiendo hasta que un día voy a ver un pendejo que se llama Enric Corbera y te dice, tío, eso puedes cambiar.

Pero para poder cambiar esto, para que vean cómo el presente, pasado y futuro están entrelazados, es así. Los físicos cuánticos dicen, el tiempo no es lineal. Eso es una pendejada que hacen los seres humanos. El tiempo no es lineal. Entonces podemos cambiar. Está lo que se llama la inferencia retroactiva. Yo puedo cambiar. Bueno, no me adelanto. No me adelanto porque cuando me lanzo es más peligroso que una caja de gumas.

Entonces yo empiezo a tomar conciencia de que yo soy el hacedor de lo que está ocurriendo. ¿Estamos? Pero claro, entonces pides expiación. Y pedir expiación es lo siguiente. Quiero ver esto de otra manera. Entonces está el perdón. O sea, ya no voy a jugar a un juego de yo tengo mi culpa. O sea, ya no jugamos al juego de la culpabilidad, sino al juego de una experiencia que habla de mí. Y también del otro, claro está. Pero eso es cosa del otro también.

Entonces aquí, cuando cambias tu percepción, que es lo que estamos haciendo, entonces yo puedo llevar a la persona a este momento, me van siguiendo, pero tiene otra percepción.

Está sabiendo eso de otra manera. Entonces ocurre el milagro. Y el milagro es que estamos creando una línea espacio-temporal, ¿me siguen? Y doblamos el tiempo y creamos otra línea espacio-temporal y entonces vivimos otras experiencias, otras causas-defectos que tienen que ver con mi conciencia. No sé si me he explicado bien o de puta madre. Entonces está la inferencia retroactiva, que eso lo explico, ahora no me acuerdo el nombre, un físico cuántico, Hansel no sé qué, como estoy leyendo y al final se me enganchan todos los nombres.

Pero la inferencia retroactiva básicamente es lo mismo. Te dicen, como el tiempo todo está interrelacionado y como el pasado siempre lo estás viviendo aquí, lo estás repitiendo y tú le llamas pasado, pero el pasado sigue estando viviendo aquí. ¿Me siguen? Entonces cuando comprendes eso, ya no hace falta que vayas allí tampoco, sino todo está junto y decides de nuevo.

Esto es lo que enseña un curso de milagros. Todos tenemos el poder de decidir de nuevo.