El octavo día y el MALJUT. - Rabanit Rajel Rodriguez 725d3d

Bueno, mirad, hace poquito celebramos la PESA sin jamés en nuestras casas, así lo mandó el Eterno en sus mandamientos, los preparativos de PESA y siempre tenemos que conectar con la primera redención. Y ya acabamos PESA, ¿verdad? Y si lo vemos allá en el desierto dice que por la noche celebraron la PESA, la cena pascual que se dice, y al amanecer salieron los redimidos, ¿no? Salimos, salimos de la esclavitud.

Y cuando dice salieron los redimidos nos habla ya de redención. Así la vamos a conectar, no era física, pero para estos tiempos la podemos conectar con la redención de allá de PESA. Entonces, en la oscuridad de la noche, cuando ya estaba próximo Israel a ser care, a ser cortado, cuando Hasén les proveyó redención. Hay un micrófono abierto, me parece. Alma, ¿cierras el micro? Hasén les proveyó redención. Bueno, vamos a esperar un poquito a ella.

Entonces, para esa noche Hasén tuvo que matar un animal, tuvo que ver sangre, tuvo que haber un sacrificio. ¿Por qué? Porque la descendencia de Iracó estaba a punto de ser care y Hasén proveyó, proveyó por amor a su sierva Abraham, a su descendencia la de Abraham proveyó salvación.

Para eso tuvo que matar un animal y ver sacrificio, ver sangre. Entonces, al amanecer, al amanecer de la redención, y eso nos habla mucho, al amanecer del día, del día. Siempre la redención es al amanecer de algo que va a acontecer. Y Hasén los lleva por el desierto, los introduce en el Irán Sur, en nuestro pueblo, y ahí tenemos que vernos nosotras, ahí mismo nosotras, vernos allí.

Los introdujo, ¿por qué los introdujo en el Irán Sur? Para purificarlos, porque para redimirlos tuvo que hacer un sacrificio, pero para salir a libertad, una vez que salieron de la esclavitud, tuvo que purificarlos en el Irán Sur, hacer el amizbe, entonces que salió el pueblo. Y como le dice Hasén a su pueblo, le dijo a Mosé, deja ir a mi pueblo, dile al paro, que deja ir a mi pueblo para que me sirva, para que me sirva a mí, no que te sirva el paro.

Yo los voy a liberar del paro, pero, y los voy a hacer mi pueblo para que me sirvan a mí. Y servir a Hasén no es orar, y bendito sea tu nombre, y alabar a Hasén, eso es tener una conexión con él. Pero servir a Hasén es trabajar en su obra, trabajar en el lugar que estés, con las personas que estén a tu lado, eso es servir al Señor.

Tienes una comunidad, ponte a servir en tu comunidad, que no tienes comunidad y te reúnes con una hermana, sirve, ayuda, trabaja, pero sobre todo para los de la fe, porque muchas se equivocan trabajando para otras personas que el Señor sabe si ese trabajo va a tener recompensa. Ahora, lo que sí sabemos es que recompensa tendrá las redimidas, en este caso, que sirven a la obra de Hasén, que sirven a la obra de Hasén, independientemente de nuestras obligaciones como madre y esposa, etcétera, etcétera, es otro punto.