OVNIS: No puedes hacer limonada sin limones - DI-9 2o65

Y eso significa que cuando las unamos con todos los radiotelescopios que hay por todo el mundo, escucharemos mensajes del espacio que jamás habíamos oído hasta ahora.

¿Sí? ¿Hay otras personas allí en el universo? Una buena pregunta.

¿Tú qué opinas, eh? No lo sé.

Buena respuesta.

Escéptico, ¿eh? Lo más importante es que sigáis buscando vuestras propias respuestas.

Pero os diré una cosa acerca del universo.

El universo es un sitio muy, muy grande.

Más grande de lo que nadie en su vida haya conseguido soñar jamás.

Verás, hay cuatrocientos mil millones de estrellas solo en nuestra galaxia.

Si solo una de cada millón tuviera planetas, y de esas en una de cada millón hubiera vida, y si solo en una por millón de esas hubiera vida inteligente, habría literalmente millones de civilizaciones.

Si no fuera así, ¿cuánto espacio desaprovechado? Y si solo estamos nosotros, ¿cuánto espacio desaprovechado? ¿Verdad? Bienvenidos a Meetic.

Hoy continuamos relatando el diario de Avi Loeb, uno de los astrofísicos con más talento de este planeta.

Su frase más celebrada dice, Busco inteligencia en el espacio porque a menudo no la encuentro en la Tierra.

No puedes hacer limonada sin limones.

Diario de un viaje interestelar, parte 8.

El motor del Silver Star emitía su característico gemido periódico mientras Rob Milsap operaba el cabrestante para sacar el trinio magnético del fondo oceánico por segunda vez, a través del área de localización proporcionada por el Departamento de Defensa para el primer meteorito interestelar reconocido, IM-1.

En ese momento, se me ocurrió que estamos utilizando un método bastante primitivo para recolectar fragmentos de meteorito.

Pero, como dice el proverbio, cuando la vida te da limones, haz limonada.

Por fortuna, ya contamos con una anomalía, un alambre de manganeso y platino con un patrón de abundancia que difiere de los productos comerciales comunes, tal como detalló en mi informe anterior.

Mientras esperábamos la nueva cosecha, Rob McCallum me comentó que hoy es su cumpleaños.

Su mayor deseo como regalo es recibir una entrega exótica por parte del trineo.

La mesa de entrega está lista.

Si este regalo vino desde el espacio interestelar, fue un largo proceso de envío.

Desafortunadamente, al examinar ambos lados del trineo tras su segunda inmersión en el sitio de IM-1, descubrimos que estaba limpio.

Al parecer, el trineo no tocó el fondo del océano, hecho confirmado por las grabaciones de vídeo de sus cámaras.

El océano era más profundo de 2150 metros y la tensión del cable lo mantuvo por encima del lecho marino.

A pesar de su masa de 200 kilogramos, el trineo se comportó como una cometa.

Sin llegar al fondo del océano, no podemos llegar al fondo de la naturaleza de IM-1.

Utilizando la ecuación de Bernoulli de dinámica de fluidos, calculé la fuerza máxima de elevación que el trineo podría haber experimentado debido a las corrientes oceánicas y descubrí que era insignificante en comparación con la gravedad, dada la masa del trineo.

El principal desafío para hacer que el trineo alcance el fondo marino radica en la deriva causada por el movimiento relativo del barco respecto al trineo y la tensión resultante en el cable que los conecta.

Incluso antes de revisar el vídeo, sabíamos que el trineo no tocó el fondo porque no recolectó ceniza volcánica, que constituye nuestro material de referencia.

La señal mínima debería haber sido la del fondo volcánico, pero el trineo estaba demasiado limpio tras su segundo recorrido en el sitio de Yemi 1.

Planeamos un tercer intento hoy en la dirección opuesta, siguiendo el flujo de las corrientes oceánicas para evitar la deriva relativa entre el barco y el trineo.

Esperemos que esta vez, el trineo entregue un regalo interestelar de cumpleaños a Rob McCallum.

Ningún otro explorador oceánico merece este honor más que él.

Rob Millsap acaba de pasar para decirme que deberíamos sacar el trineo del océano a la hora del almuerzo.

Por ahora, puedo salir a mi carrera matutina al amanecer en la cubierta del Silver Star mientras arrastra el trineo, con suerte esta vez.