
Personajes indispensables de la Historia de España: "Francisco Suárez". Raúl-Fernando Gómez 202028
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Francisco Suárez de Toledo Vázquez de Utiel y González de la Torre, conocido como Doctor Eximius fue un teólogo, filósofo y jurista jesuita español 4kpy
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Senderos de la Historia Dijo Camilo José Sela en una ocasión, hay dos clases de hombres, quienes hacen la historia y quienes la padecen.
Bienvenidos amigos a un nuevo programa de Senderos de la Historia.
En nuestro programa de hoy de personajes indispensables de la historia de España Os hablaré de don Francisco Suárez.
Don Francisco Suárez fue un personaje que vivió a caballo entre el siglo XVI y XVII, eminente pensador y escritor prolífico.
El padre Suárez fue el autor de una obra trascendente que dio renovado impulso a la escolástica de raíz tomista en la teología, la metafísica y el derecho.
Os recomiendo que os abrochéis bien las mochilas porque comenzamos un nuevo programa.
¡Adelante! Aquí comienza Senderos de la Historia, un programa presentado y dirigido por Raúl Fernando Gómez.
Don Francisco Suárez nació en Granada el día 5 de enero de 1548.
Los acontecimientos de su vida que la historia han recogido se circunscriben a su actividad como estudiante, profesor y escritor.
Estudió Derecho Canónico en la Universidad de Salamanca y luego Teología y Filosofía, materias estas últimas que, posteriormente, entre el año 1571 y 1580, enseñó en los colegios que su orden la Compañía de Jesús tenían en Ávila, Segovia y Valladolid.
Más tarde fue profesor en el Colegio Jesuita de Roma.
En 1585 regresó a España para enseñar sucesivamente en Alcalá y Salamanca.
Finalmente marchó a Coimbra, en Portugal, en cuya universidad se hizo cargo de la Cátedra de Teología.
Allí murió el 25 de septiembre de 1617.
Don Francisco Suárez, al igual que Victoria, fue un pensador fundamental para el nuevo impulso que, al hilo del movimiento contrarreformista católico iniciado en el Concilio de Trento entre los años 1545 y 1663 y protagonizado principalmente por intelectuales dominicos y jesuitas, adquirió el escolasticismo.
Este movimiento filosófico y teológico intentó utilizar la razón humana, en concreto la obra de Aristóteles, para integrar en un mismo sistema la revelación cristiana y el pensamiento clásico de Grecia y Roma.
El escolasticismo alcanzó su mayor esplendor en las escuelas y universidades de la Europa medieval, especialmente desde mediados del siglo XI hasta mediados del siglo XV.
Sin embargo, sus bases filosóficas ya habían quedado debilitadas por el nominalismo ocagnista y más tarde la corriente perdió peso frente al humanismo renacentista y la irrupción de la reforma protestante.
Arrinconado por el racionalismo del barroco y la Ilustración, despertó nuevamente para apoyar la reacción antimoderna adoptada por la Iglesia católica a finales del siglo XIX.
Nuestro personaje de hoy fue prolífico escritor y adepto a la filosofía de santo Tomás de Aquino.
Suárez está considerado como un teólogo eminente.
Fue un famoso expositor y analista del pensamiento doctrinal, Jesuita y sus tratados resuelven por primera vez el problema de la naturaleza escolástica de la teología, la metafísica y el derecho.
El pensamiento de Suárez, enraizado en la filosofía tomista y enmarcado en las circunstancias de su condición y de su época histórica, contiene sin embargo elementos que conectan directamente con la modernidad, abriendo caminos futuros.
Ello se manifiesta sobre todo en el ámbito de la filosofía y el derecho político.
Suárez continuó de este modo el camino emprendido por Francisco de Vitoria.
En este sentido se pronunció en contra de la teoría del derecho divino de los reyes y sentó las bases teóricas de un sistema jurídico civil y penal que incluía los principios de responsabilidad civil y justicia legal.
Suárez mantuvo que la única institución de derecho divino era la Iglesia, sin embargo la autoridad legítima del Papa concierne a los asuntos espirituales y teológicos y no a los seculares y políticos.
Por su parte la autoridad real deriva del consentimiento del pueblo, una idea que preludía la del contrato social que expondrá Rousseau dos siglos después y podía ser rechazada cuando no era ejercida como justicia, lo que en casos extremos justificaba la destitución del rey.
En este aspecto el pensamiento de Suárez conecta con el de su coetáneo Juan de Mariana, también jesuita, y su doctrina sobre el tiranicidio.
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