Podcast, Simon Bolivar, un heroe sin fronteras. 4966t

¡Buenos días mi gente! Cuando son las 8 de la mañana, arranca Levantate Chévere con Tupana Hartiman. Como todos los días por la 107.6 Radio Corazón Tropical y por el WWW.LEVANTATECHÉVERE.COM Bueno, hoy estamos en un programa que vamos a hablar un poco acerca de Simón Bolívar, su biografía, su vida guerrera. Vamos a recordar un poco eso que de niño no vimos, pero que seguramente no nos recordamos. Y bien vale traerlo a colación, porque si hubiese seguido Venezuela en el rumbo de Simón Bolívar, fuera una potencia definitivamente.

Vamos a un corte comercial de un par de minutos y ya regresamos.

Bueno, ya estamos de vuelta en Levantate Chévere con Tupana Hartiman. Hoy hablando acerca de la vida de Simón Bolívar, un héroe sin fronteras. El nacimiento de una leyenda. Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco. Anoten el nombre, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco. Eso significa que era de una persona de una alta alcurnia en esa época, un nombre tan largo. Nació el 24 de julio de 1783 en Caracas, capital de lo que entonces era la capitalidad general de Venezuela, parte del imperio español. Su nombre largo refleja la tradición de las familias aristocráticas criollas de la época. Desde su nacimiento, Bolívar fue parte de una familia rica y con mucho poder, dueña de tierras, haciendas, minas de cobre y esclavos. Sin embargo, su infancia estuvo marcada por la tragedia. Su padre Juan Vicente Bolívar y Ponte murió cuando Simón tenía solamente 2 años.

Su madre María de la Concepción Palacios y Blanco falleció cuando él tenía solo 9 años. Quedó huérfano muy joven y fue criado por su tío Carlos Palacios, pero quien más lo marcaron fueron sus maestros y tutores, entre ellos el más importante Simón Rodríguez, un pensador ilustrado que creía firmemente en la libertad, la educación y los ideales de la revolución sa. Fue Rodríguez quien le enseñó a leer, a pensar con libertad y a soñar con un mundo sin opresores. Bolívar creció rodeado de privilegios, pero también de contradicciones. Era un joven rico en un país donde la mayoría vivía en la pobreza. Su carácter era fuerte, impulsivo, apasionado y decidido. Le gustaba montar a caballo, leer, debatir y estar de aire libre. Desde muy temprano mostró su espíritu rebelde y soñador. Esa mezcla de dolor personal, riqueza, educación avanzada y sensibilidad social, formó la base de lo que más atardía adelante sería el libertador de América.

En 1799 a los 15 años fue enviado a España a continuar su formación. Allí comenzaría una nueva etapa en su vida que lo llevaría a encontrarse con los cambios históricos del mundo y a definir su destino como líder de independencia de América Latina. El joven Bolívar en Europa. Cuando Bolívar llegó a España en 1799, el mundo estaba cambiando rápidamente. Europa vivía tiempos turbulentos tras la Revolución sa y las ideas de libertad, igualdad y fraternidad se esparcían como pólvora. En ese ambiente se formó el joven caraqueño, aunque al principio se dejó llevar por la vida social y las fiestas de la aristocracia, su encuentro con los pensadores ilustrados y los acontecimientos políticos de la época lo transformaron. Vivió en Madrid y en París, donde estudió Historia, Filosofía, Literatura y Ciencia. Vio de cerca los efectos de los ideales revolucionarios y también sus contradicciones.

Uno de los eventos que más lo marcó fue la coronación de Napoleón Bonaparte como emperador de los ses en 1804. Al principio lo iró por haber llegado al poder gracias a su talento, pero luego lo condenó por convertirse en un tirano. Esta experiencia le enseñó que la libertad debía protegerse mucho incluso más de aquellos que le usaban para volverse dictadores. Durante su estancia en España, Bolívar se enamoró de una joven llamada María Teresa del Toro, se casaron en 1802 y regresaron a Venezuela, pero su felicidad duró poco. María Teresa murió de fiebre amarilla pocos meses después. Bolívar quedó devastado, esta pérdida lo marcó tanto que juró no volver a casarse jamás, y cumplió esa promesa hasta el final de su vida. Su amor por ella fue profundo y sincero, y su muerte aumentó su ya presente dolor por las injusticias del mundo. Después de enviudar, Bolívar volvió a Europa, donde retomó sus estudios con más intensidad. En 1805, en una visita a Italia junto a su mamá,