El poder de Dios con su pueblo - Efesios 1:20-23 - Luis Cano 4o412a

Vamos a acercarnos. En primer lugar, quiero que hagamos una lectura en la carta del apóstol Pablo a los colosenses, que va a servir para introducirnos en nuestra exposición de Efesios. Colosenses, capítulo 1, vamos a leer a partir del versículo 15.

Él, Cristo, es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades, todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas y todas las cosas en él subsisten.

Y él es la cabeza del cuerpo que es la Iglesia, el que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la permanencia, por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda la plenitud y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprehensibles delante de él, si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe y sin moveros de la esperanza del Evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo, del cual yo, Pablo, fui hecho ministro. Y ahora pasamos a Efesios.

Vamos a centrar nuestra atención en tres versículos, capítulo 1 y leemos en el versículo 20, así, la cual operó en Cristo resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío y sobre todo nombre que se nombra no sólo en este siglo sino también en el venidero y sometió todas las cosas bajo sus pies y le dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo.

Todo este pasaje, que es como una sola frase que Pablo quiere expresar de su petición de oración de intercesión por los Efesios, donde podemos ver y compartir de las muchas bendiciones de Dios para su iglesia, nos dice que somos alumbrados, es decir, iluminados por el Espíritu. ¿Para qué? Para saber diferentes cosas. Por una parte nos dice para que pudiéramos tener sabiduría y revelación para el conocimiento de Dios, entendimiento y luego además dice para que tengamos esperanza y que sepamos no solamente de esa esperanza sino las riquezas de nuestro Dios.

Así que hay mucho que nosotros podemos estar recibiendo y teniendo de parte de nuestro Dios. Ahora bien, ante toda esa oferta que se nos da y se nos dice, nosotros deberíamos de estar confiando y esperando en el Señor en toda la manifestación de poder, soberanía, que Él manifiesta sobre su pueblo, sobre la iglesia en particular, a través de la palabra. Aquí alguien ha tenido un pequeño desmayo...

Ahora, lo que Pablo quiere todavía garantizar y mostrar es algo que es importante para nosotros hoy. ¿De dónde viene todo esto? ¿En dónde descansa? ¿Cuál es la manifestación de su poder? Según la operación del poder de su fuerza, nos dice en el versículo 19, la cual entonces nos introduce en el Señor Jesucristo. Nosotros nos preguntamos, ¿dónde podemos confirmar todo lo que nos está diciendo acerca de nuestro poder?