Programa 22 Los mensajes de texto con los que 'el monje vidente' chantajeaba a Francis Montesinos 3j2v6y

Buenas noches y bienvenidos a Código 10.

Esta noche les vamos a mostrar aquí cómo estamos tras la pista del monje vidente.

Es un presunto extorsionador que se ha convertido en la pesadilla de algunos famosos, como, por ejemplo, el diseñador Francis Montesinos.

A él y a otros rostros conocidos les habría amenazado con difundir vídeos sexuales con menores.

Este programa ha tenido en exclusiva a la declaración del modista valenciano y a los mensajes amenazantes que le habría enviado el monje vidente.

Soy el monje vidente.

Si no quieres que se difundan, paga un millón de euros.

La próxima vez te vamos a matar.

Ahora vamos a ir por las malas.

Y atención a los audios e imágenes que les vamos a mostrar esta noche.

Pone los pelos de punta.

Nos vamos a trasladar a Santoveña de Pisuera, en Valladolid, donde un hombre mató a tiros a un vecino y al teniente coronel de la Guardia Civil, que acudía a detenerlo.

En unos minutos van a escuchar el escalofriante relato, la escalofriante llamada a emergencias del asesino.

Esto es un avance.

Vamos a deshagar todos, tú tranquilo.

Pero antes, estas fotos que están viendo son falsas.

Han sido creadas por un programa de inteligencia artificial similar al que han utilizado para extorsionar, hasta el momento, a 25 menores en Badajoz.

En unos minutos les mostramos lo sencillo que es desnudar a cualquier persona sin su consentimiento y cometer un delito con la ayuda de la inteligencia artificial.

Comenzamos.

Y empezamos con un suceso estremecedor que hemos conocido hoy mismo.

Una niña, fíjense, una niña de seis años, habría sido agredida sexualmente por tres compañeros de colegio de su misma edad, también de seis años, en Montijo, en Badajoz.

Las agresiones se habrían producido durante todo el curso pasado en las horas de recreo.

Según la familia, el recreo fue durante el curso pasado una pesadilla para la niña.

Sus tres compañeros de seis años le bajaban la ropa interior y le arrañaban las partes íntimas con arena y piedras.

Las agresiones habrían pasado desapercibidas para el centro y la familia, a pesar de que la menor solo habría llegado incluso a contar a una profesora.

La niña se agarraba a la pierna de una profesora diciéndole que le dolía mucho la barriga, la cual la profesora creía o entendía ella que la niña lo que eran llamadas de atención.

En casa, la niña no contó nada hasta el final del curso pasado.

Fue entonces cuando relató a sus padres los terribles episodios de los que habría sido víctima.

La menor, que ya se encuentra en tratamiento psicológico, continuó acudiendo al mismo centro, donde todavía coincide con uno de los tres presuntos agresores.

El colegio, por su parte, ha tomado medidas tales como acompañar a la menor cada vez que va al baño, que vaya a cambiar a los menores de espacio.

Lo que pasa es que estas medidas son insuficientes.

La denuncia interpuesta ante la Guardia Civil ha sido archivada por la Fiscalía porque los menores de 14 años son inimputables.

Los menores tienen seis años.

No se les puede imputar un delito, ni siquiera el procedimiento penal de menores.

Según la Consejería de Educación Extremeña, se han adoptado las medidas pertinentes con la creación de una comisión de convivencia y la asesoría al equipo directivo.

Lo que sí que se puede hacer es iniciar una demanda en la vía civil.

Se puede exigir esa responsabilidad a los padres de estos menores.

Pero los expertos insisten.

Hay que revisar los protocolos de actuación para que casos como este no se repitan.

Todos los protocolos que tienen las normas istrativas están absolutamente obsoletas.

Tienen un protocolo acorde a estos tiempos y a estas circunstancias, no los de hace 40 o 50 años, porque son los mismos que cuando yo iba al colegio.

Maribel Mendoza, presidenta de la Asociación Contra el Acoso Escalor en Extremadura.

Muy buenas.

Trae el cargador, es que no lo tengo.

¿Qué tal, Maribel? ¿Cómo está la pequeña, lo primero? Bueno, pues la pequeña, con sus ayudas psicológicas, del psicólogo y, en este caso, del profesional de salud mental, está un poquito mejor, arropada por sus padres, por la familia y por su familia.