Programa 59 Emiliano García-Page 3833a

Te busqué. Te busqué cuando te abrazaba. Y cuando te di la mano, de alguna forma, también te buscaba. Te busqué en miradas ajenas, miradas llenas de curiosidad, miradas de sorpresa, miradas de qué te voy a contar. Te busqué en mis preguntas, y a veces, solo a veces, me encontré en tus respuestas. Pero lo cierto es que te estuve buscando. Te estuve buscando tanto. Busqué en las cosas que hiciste, busqué entre las cosas que dijiste, y sobre todo en las que no quisiste decir. Me pueden acusar de tantas cosas, pero no de que no te estuviera buscando.

Busqué en cada lágrima, te busqué en cada risa nerviosa, te busqué en cada sonrisa triste y en cada silencio, sobre todo ahí, en cada silencio. ¿Qué me van a contar que no haya buscado ya? Te he buscado tanto, te encontré, buscando también. Bienvenidos al programa que no pretende tanto encontrar como seguir buscando.

Bienvenidos a la decimoprimera temporada de Viajando Conchester. Dicen que el agua es vida, pero hasta lo más puro en exceso puede convertirse en una pesadilla. Este precioso pueblo, estas calles, estas gentes, vivieron un día que jamás olvidarán. Un día cuyas heridas tardarán años en cerrarse y que, sin duda, dejarán cicatrices.

Hoy he venido a Letour a encontrarme con Emiliano García Page y quiero preguntarle cómo gestionó aquella tragedia. Pero antes me gustaría escuchar a sus vecinos, poner nombres a sus víctimas y cara a sus héroes. Bienvenidos, acompañando a todos, a Letour. Hola. Buenas tardes. Buenas tardes.

Bienvenido a Letour. Muchísimas gracias. Buenas tardes. A mí mucha gente me llama y me pregunta oye Lola, ¿cómo está Letour? Digo, mirad, Letour es un esqueleto. Vivimos en el pueblo del agua y qué paradoja que el agua nos arrebató a seis vecinos. Y cuando dicen Letour tiene 990 y tantos vecinos, digo no, tiene seis menos. ¿Cómo te llamas? Mi nombre es Cora. ¿Vienes con tu mamá? Mi madre, sí.

Hola. Me han dicho que te ha costado llegar a esta parte del pueblo. Es primera vez que subo. ¿Por qué te ha costado llegar a esta parte del pueblo? Porque no tenía ganas de subir, no me apetecía. Perdón, bajar. Vivo arriba después de lo que pasó y de verdad que no. Y pues hice un esfuerzo para venir al programa y poder estar aquí con todos y contar nuestra historia, lo que realmente pasó.

Pero sí me ha costado bastante. Pero bueno, ya lo hice y espero de que no sea la última, que sea muchas veces más para poder venir a la plaza, a la iglesia, al castillo, que seguir una vida normal. Cuéntanos, Cora, ¿cómo vivisteis esa jornada? Fue muy impactante. ¿Recibisteis algún aviso? No. Ninguno. ¿Llegó todo por sorpresa, sobre la una de la tarde más o menos? Sí, sí, sí. Estábamos ella y yo en casa y viene ella y me dice, Cora, que está entrando el agua.

Normalmente por la cuesta, cuando llovía, a lo mejor pues era un poco de agua que pasaba por la cuesta, pero nada más. Fue asomarme y de una tirar la puerta, porque el agua venía con tanta fuerza que fue tirar la puerta de una. Yo corrí, me subí a un sillón y del agua que venía tan fuerte y tanta agua que junto con el sillón me subió hasta arriba. Claro, yo estaba en shock. No miraba a mi madre. El agua subía de nivel. Estaba yo a punto de ahogarme.