PROHAIRESIS - Una elección fundamental en la vida en la perspectiva del ERROR. 6e375b

3, 2, 1... Bienvenido a un nuevo episodio de Emocion Me. Soy Pedro Ibar. Hoy quiero hablarte de algo que no siempre se dice en voz alta, pero que puede cambiar la forma en la que te miras, en la que vives y en la que avanzas. Vas a fallar, vas a equivocarte, vas a fracasar y no pasa nada. Te lo repito, te vas a equivocar, vas a tomar malas decisiones, vas a herir a quien quieres sin querer, vas a decepcionar y también vas a decepcionarte.

Y esto no te lo digo como una excusa, es un hecho y paradójicamente aceptarlo es algo que te va a dar paz. ¿Por qué? Porque lo que realmente duele no es el error, sino la expectativa imposible de no cometer ninguno. Lo que duele es creer que uno debería tenerlo todo claro, todo resuelto y todo perfecto. Y esto no es real. Solemos pensar que nuestras preocupaciones y problemas proceden de las cosas que nos ocurren, como por ejemplo la enfermedad o la pobreza.

Pero si itimos ese discernimiento, nos daremos cuenta de que en realidad somos nosotros los responsables de nuestras desdichas. Descubriremos que nuestros juicios dependen de nosotros y que son las representaciones que nos hacemos de las cosas las que nos sumergen en un estado de incertidumbre, de inquietud y confusión.

Porque creemos que las cosas no dependen de nosotros, porque creemos que las cosas que no dependen de nosotros pueden acarrearnos males. Y solo cabe hablar de bien y mal en relación con lo que sí que depende de nosotros. Quiero hablarte de un concepto, un concepto de la filosofía clásica llamado fruhairesis, conocido como la elección fundamental de vida.

Un término de difícil traducción por el poder que tiene dentro, pero que nos permitirá entender que nuestra paz está en nuestra mano. La fruhairesis viene a decir que lo que caracteriza al hombre en su núcleo de libertad indestructible, invulnerable y representado, precisamente por aquello que depende de nosotros, aquello de lo que somos únicos responsables, libres en nuestros juicios y en nuestros deseos, es nuestra decisión a la hora de actuar.

¿Qué significa esto? Esto significa nuestro sistema operativo, nuestra elección fundamental de vida, nuestra personalidad y nuestro carácter. Y esto es tan importante porque es lo que nos acerca a la divinidad. Esto es lo que para los clásicos nos acercaba a los dioses.

Lo que nuestra naturaleza inmortal y divina tienen semejanza es la conciencia del ser.

Esto es lo que nos diferencia de los animales. Y el propio Epicteto decía que ni siquiera la divinidad puede obligar al hombre a juzgar, a desear y a actuar de manera diferente a como éste quiere, porque entonces se contradiría a sí misma. Pues si los dioses expusieran a coacción u obligación ejercidas por ellos mismos o por otros esa parte que han extirpado de ellos mismos para entregárnosla, ya no serían dioses. Por tanto, la capacidad de elegir cómo respondes a lo que ocurre es precisamente lo que te hace genuino.

Y no controlas los errores, pero sí controlas qué haces con ellos. ¿Te quedas ahí repitiéndote que no eres suficiente? ¿O usas ese tropiezo como una lección? Ya no para ti, sino para transmitírselo a las personas que quieres. ¿Utilizas ese error como un ensayo más de tu virtud de cómo reaccionas a la adversidad? Marco Aurelio decía, cuando tropieces, levántate, no te detengas en el remordimiento. Es tan simple y tan difícil, porque desde niños nos han enseñado a tener miedo a equivocarnos, al error. Lo vinculamos con un fracaso, lo vinculamos con un aún.