¿Qué pasa si bebes agua con limón durante 30 días? 2iv2h

Son las 7 de la mañana, estás medio dormido, pero te obligas a ir a la cocina.

Abres la nevera, cortas medio limón, lo exprimes en un vaso de agua templada y te lo bebes con cara de sacrificio.

Porque has escuchado que si haces eso durante 30 días tu cuerpo se va a desintoxicar, vas a perder peso, vas a tener más energía, una piel brillante y cero hinchazón.

Pero ¿es verdad todo esto? Pues cada año millones de personas se apuntan al ritual del agua con limón creyendo que es el primer paso hacia una vida más saludable.

Y no es casualidad, pocas cosas suenan tan sencillas, naturales y milagrosas a la vez.

Pero ¿dice algo la ciencia sobre esto? ¿Qué pasa en tu cuerpo si tomas agua con limón todos los días durante un mes? ¿Cuáles son los beneficios? ¿Y cuáles son los errores que se cometen? Mi nombre es Gonzalo Quesada, soy director pedagógico del área de nutrición en FitGeneration y en este vídeo vamos a analizar juntos todo esto.

Y te aviso, puede que haya cosas que te sorprendan.

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Una de las principales razones por las que se atribuyen beneficios al agua con limón es simplemente porque es agua.

Mantener una buena hidratación está asociado a múltiples efectos positivos en el organismo, como el mantenimiento del volumen plasmático, la regulación de la temperatura corporal, la función cognitiva y la salud renal.

En un metaanálisis se revisaron los efectos de la deshidratación leve en la salud cognitiva y física, encontrando que incluso niveles modestos de deshidratación pueden afectar el estado de ánimo, la atención y el rendimiento físico en adultos jóvenes y personas mayores.

Beber agua con limón puede facilitar la adherencia al hábito de hidratarse, especialmente en personas que encuentran el agua simple, poco atractiva.

Además, beber agua puede revertir rápidamente los efectos de la deshidratación.

Es decir, más allá del limón, simplemente estar mejor hidratado ya podría explicar una parte de los beneficios percibidos.

El limón aporta un sabor refrescante sin añadir calorías significativas, lo cual puede ayudar a sustituir bebidas azucaradas por una opción más saludable.

Esto se traduce indirectamente en una mejora del perfil glucémico, del control del peso y de la salud metabólica, al reducir el consumo de azúcares añadidos y calorías líquidas.

Además, la combinación de ácido cítrico y vitamina C, también presente en el limón, puede favorecer la absorción intestinal de hierro y ejercer un ligero efecto prebiótico indirecto al modificar el pH del entorno intestinal y favorecer ciertas cepas bacterianas beneficiosas.

Ahora bien, el efecto real del limón sobre la digestión en personas sanas es modesto y difícil de medir clínicamente si es que existe.

Además, el efecto en la absorción de hierro parece ser menor cuando el zumo está diluido en agua.

Por lo tanto, es preferible tomar el zumo o el limón entero directamente.

También se ha especulado que el ácido cítrico podría ayudar a prevenir la formación de cálculos renales al aumentar el citrato urinario, un inhibidor natural de la cristalización de oxalato cálcico.

Este efecto se ha demostrado con citrato potásico en estudios clínicos, y aunque el zumo de limón puede contribuir a aumentar el citrato urinario, las cantidades necesarias para lograr un efecto terapéutico son bastante mayores que las que se consumen en un simple vaso de agua con limón.

Además, el posible efecto sobre el riesgo de piedras en el riñón, respaldado por ensayos clínicos, se reduciría al efecto de beber agua.

Una de las razones más comunes por las que muchas personas comienzan a tomar agua con limón en ayunas es la creencia de que ayuda a perder peso.

Un metanálisis publicado en Phytotherapy Research en el año 2020 analizó 13 ensayos clínicos aleatorizados con un total de 921 participantes, evaluando los efectos del consumo de cítricos o sus extractos sobre el peso corporal y otros marcadores antropométricos.

Los resultados mostraron que el consumo de cítricos, ya sea en forma de jugo, extracto, cápsulas o fruta entera, redujo de forma significativa el peso corporal, el índice de masa corporal, el perímetro de la cintura y de cadera, en comparación con los grupos de control que, eso sí, eran muy heterogéneos.

Sin embargo, no se encontraron efectos significativos sobre el porcentaje de grasa corporal ni sobre el índice cintura-cadera.

Pero hay algún matiz importante.

Los efectos eran más evidentes cuando se utilizaban extractos de cítricos en dosis elevadas, no tanto cuando se consumía la fruta entera o el zumo.

Los estudios con dietas hipocalóricas o ejercicio adicional mostraban mayores reducciones de peso, lo que indica que el efecto no depende sólo del cítrico.

Y sobre todo, no se estudió el agua con limón específicamente, sino combinaciones mucho más concentradas o controladas en dosis.

Además de todo esto, los diéticos no se