Rescate en el tiempo 481u1d

El alemán Michael compró unos bitcoin en 2013 y los guardó en una cartera digital
con una contraseña.
Todo normal.
Usó para crearla un generador de contraseñas llamado Roboform y la guardó en un archivo
cifrado de texto.
Poco después, aquel archivo con la contraseña se corrompió y la perdió para siempre.
En aquel momento pensé, ok, mierda, unos 2.000 euros… bueno, te enfadas sin más,
dice Michael, que usa un nombre ficticio, por supuesto, para proteger su identidad.
Pero con los años el precio del bitcoin empezó a subir, como muchos de vosotros ya sabéis,
y en 2024 su cartera tenía un valor de unos 3 milloncitos de euros.
Una fortuna.
Puedo verla, pero no puedo usarla porque no tengo la contraseña.
Y esa fue la frase que más repetía una y otra vez.
El único modo que se le ocurrió para recuperarla fue recurrir a un hacker legendario, Joe Grant,
conocido como Kingpin.
Grant había recuperado otras contraseñas en procesos laboriosos y muy complejos y los
había contado en vídeos de YouTube.
Cuando Michael le escribió Grant le dijo que se olvidara de su riqueza.
Todas las combinaciones posibles son más de 100 billones de veces las gotas de agua
en todo el mundo.
Puede ser una gota que cae del cielo, que está en un río o en cualquier océano del
mundo.
La única solución es reducir esa cantidad insuperable a algo con lo que podamos tener
éxito.
Explicó Grant y rechazó la petición de Michael, cuya única esperanza era legar la
cartera a su hijo para que un día tecnología más avanzada fuera capaz de abrirla.
El trabajo principal de Grant es dar clases de cómo hackear dispositivos en empresas
y organizaciones.
Como un dispositivo electrónico, lo analizo, averiguo cómo funciona, identifico los componentes
principales que podemos aprovechar, monitorizo señales y busco vulnerabilidades.
Todo esto fue lo que explicó en una videoconferencia al periódico El País.
Aparte, también se dedica a ayudar a gente como Michael que ha perdido sus contraseñas
o ha estropeado sus dispositivos digitales con criptomonedas.
Recibe muchos correos cada semana.
Ahora, ocupa una cantidad significativa de mi tiempo.
No esperaba la cantidad de mensajes que recibo.
Dos de sus éxitos recientes, según cuenta, son revivir la cartera de un tipo que lanzó
esta cartera a un lago en Florida y tuvo que contratar a un equipo de submarinistas
para recuperarla.
O encontrar la contraseña de un joven que, en su lecho de muerte, le dijo a su hermano
que creía que la clave tenía que ver con el nombre de su abuela.
En casos así, cuando el afectado tiene una idea de la contraseña, es posible buscarla
a fuerza bruta, probando millones de variables cercanas.
Pero no es lo mismo cuando se trata de trillones.
Con té.
A Michael no le quedó otra que insultarlo.