
Descripción de Sonidos de sexo 6n5z64
Es jodidamente maravilloso incluso hacerte esa pregunta. Es, desde luego, nada operativo, nada real, nada, al final. Es una historia con tantas vertientes como tu imaginación; la del dueño de ella y la de las tremendas y reales ganas de que exista. Pero en realidad, es una historia insostenible. Porque es imposible vivir sola y únicamente para el juego, por desgracia. Jugamos todo el rato… a no ser quienes somos, a luchar por lo que realmente no nos interesa, a pretender ser más felices de lo que sabemos, y por supuesto, a poner nuestro cuerpo en el tablero. Jugamos a desnudarnos, a poseernos, a doblegarnos o a dominarnos. Jugamos, jugamos, y sin embargo, raramente disfrutamos realmente de ello. Hasta que el contrincante nos mira a los ojos, y esa mirada, de repente, nos llega al coño, buah, sin entender qué ha pasado. Porque nuestro coño (o vuestra polla) son los órganos más inteligentes que poseemos. Y si ellos hablaran, y si ellos rularan todo esto, buah, que diferente sería. Iván y yo jugamos a todo, y con todo. Y fue la mejor partida posible. Con un apoteósico final, como no podía ser de otra manera. Porque cuando tus fichas son tus órganos y ellos responden a tus sensaciones, joder, ahí sí que se apuesta todo. Sumisa yo, dirigente él. Seguíamos utilizando nuestra ofi como escenario. Habíamos sorteado jefes, reuniones, emails, y conquistado almacenes, cuartos de baño y recónditos pasillos. Habíamos decidido que merecía la pena y estábamos en ese punto en el que ya nada de lo rutinario lo era. Mi sexo, mi culo, mis pechos y mi boca se habían entrecruzado con reglas, bolis, pizarras, mesas, sobres, secretarias, papeles, en fin… 6i4q4s
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