La taza de Marina Febles 5m4y64

La taza de Amadeu, un podcast muy sencillo, charlo con gente interesante. ¡Adelante! Bienvenidos a la taza de Marina Febles. Marina, ¿qué tal? Bienvenida.

Bueno, buenos días. Muchas gracias, muchas gracias.

A ti por estar aquí. Antes de presentarte, lo que siempre hago es preguntar qué sueles tomar en una taza. Por ejemplo, por la mañana.

Bueno, yo sigo teniendo una niña interior bastante presente en mi vida y sigo tomando Nesquik por las mañanas con leche de almendras, porque como la leche a ciertas edades la tienes que abandonar, dejarlo ya, pues es leche de almendras con Nesquik.

Que no con la K, entiendo. Tú eres del equipo Nesquik.

Por eso especifico Nesquik.

Y perdona, hay que preguntar con este tema que me ha parecido interesante de pronto.

¿La leche de almendras funciona bien para el batido? Sí, para mí sí. Ya sabes que va a depender de los gustos de cada cual.

Pero a mí me gusta la combinación y es de las leches vegetales la que mejor me sabe.

La de soja, perdón al que le guste, pero es que es intragable eso.

Bueno, yo en casa lo que tenemos es de avena, que yo no tomo, pero mi pareja sí, se la pone en el café y entonces es la que veo en casa.

Bueno, leches aparte, tú eres de Tenerife y según tú dices haces magia de la buena en email marketing y marketing automation, que ya me explicarás luego de qué va todo esto, para e-commerce y cannabis.

Correcto.

¿Es correcto? Sí.

Bueno, pues nada, voy a intentar explicar a todo el mundo quién eres.

Y yo creo que para empezar, como siempre hago, porque ya ves tú que siempre hago lo mismo, empezaremos por el principio, evidentemente, por el pasado.

He visto en tu web que tú misma dices que llevas más de 20 años dedicándote al marketing y publicidad.

Entonces, bueno, si quieres recordarnos alguna de esas primeras experiencias profesionales que tuviste, si guardas algún buen recuerdo o mal recuerdo del inicio de tu carrera.

Sí, sí. A ver, yo empecé muy jovencita porque tenía que trabajar para pagarme las carreras mayormente.

Entonces, al principio de los principios trabajé en un videoclub, aunque tuve muchísimos trabajos antes de eso.

A la gente que esté escuchando esto y que no sepa lo que es un videoclub, pues lo googleo, le pregunto a HGPT, porque entiendo que para cierta generación lo de un videoclub les explota la cabeza.

Sí.

Lo del streaming no existía en esos tiempos.

Sí, sí.

Y luego me salió la oportunidad, vi una oferta de trabajo porque quería moverme un poco más a un trabajo de oficina que no tuviera unos horarios así tan locos como un videoclub que cerraba a las 12 de la noche y tal.

Y vi una oferta de trabajo que buscaban a alguien para trabajar en una agencia de publicidad.

Y entonces, pues yo fui y me presenté a la entrevista y al que fue mi jefe luego le llamó mucho la atención que yo hubiese estado estudiando teatro, que hubiese hecho un montón de actividades artísticas y cosas que yo puse en el currículum porque ¿qué pones cuando tienes 19, 20 años? O sea, no tienes nada que poner.

Claro.

No hay mucho que...

Entonces puse todo eso, le llamó la atención y me contrató y entonces yo me convertí en asistente de producción en una agencia de publicidad.

Y básicamente era, pues siempre lo cuento, ¿no? Mi jefe aparecía por la mañana y me decía necesito un elefante pintado de rosa para pasado mañana en tal sitio.

Y yo tenía que buscarlo.

Por donde fuera.

Por donde fuera.

O sea, lo que hiciera falta tenía que hacerlo y si tenía que ir a buscar el elefante, a donde fuera también iba.

Y eso pues con muchísimos eventos, muchísimas campañas de publicidad, pues de todo tipo, ¿no? Y eso pues me encantaba.

Me parecía un trabajo que no daba tiempo para aburrirse y aprendí muchísimo de trabajar bajo presión y que se te...

Oye, que el payaso que iba a actuar en la esquina de la calle de no sé dónde, que no va a venir porque se ha puesto mal o que hacemos, ¿sabes? Imagínate que con 20 años tener esa experiencia pues me marcó muchísimo para ser muy resolutiva y para buscar siempre soluciones y no quedarme ahí como un conejillo que se queda ahí como impactado con los faros de un coche.

Pues eso me enseñó un montón.

Entonces claro, empecé muy jovencita en publicidad y a mí siempre me gustó.

Y durante ese tiempo la verdad que mi jefe fue muy comprensivo conmigo y me formó.

O sea, me dejó libros de publicidad y empecé a desarrollar ese gusto por la publicidad.

Y a pesar de que luego mi carrera me llevó dando bandazos por unos sitios y por otros, al final siempre volví a la publicidad.

O siempre estaba cerca de los departamentos de marketing.

Entonces, pues ahí así empecé.

¡Qué fuerte! Bueno, una forma potente de empezar en este sector.