Tearsong: Cruce de cauces 1 38646v

¡Muy buenas, gente! ¿Qué tal estáis? Recibid de nuevo una grata bienvenida a Poniente, Canción de Yoli Fuego y, como sabéis, estamos jugando con la casa Tirson. Vamos a comenzar un nuevo capítulo que se llama Cruce de Caudales por alguna razón. Todos los títulos están relacionados con el mar o con los ríos. Ya sabéis qué es lo que toca en este tipo de tierras. Sí, tenemos la casa Tirson. Como siempre, a Tomás, que es con Roy, al Maestre King, que es Xavi y una nueva incorporación, Antonio. ¿Qué tal? ¿Cómo estáis? Bienvenidos a la casa Tirson. Hola, muy buenas.

Buenas, buenas. Con muchas ganas de continuar. Sí, hace tiempo que no nos veíamos las caras. Si alguien lo está viendo de seguido, sabrá que llevamos ya algún tiempecillo, pero quien lo esté viendo y se encuentre de nuevo con esta presentación dirá, bueno, pero sí, yo vi la sesión anterior. Pues eso, vamos a lanzarnos de nuevo a este tercer capítulo que comienza y vamos a ver qué ocurre con la casa Tirson, que estaban en la Posada del Hombre Arrodillado, en tierras justo en límite de los Bracken con los Blackwood, muy cerca de Árbol de la Moneda, este feudo real cuyo castellano gobierna, con un matrimonio con una de las hijas de Lord Paige, y que en teoría es un territorio neutral, pero parece que se está inclinando más hacia las tierras de los Bracken.

En este conflicto de nuevo se vuelven a arder los rencores entre los Blackwood y los Bracken y ya han estado en Árbol de los Cuervos, el castillo de los Blackwood. Ya veremos si van a Seto de Piedras, si van a Aguas Dulces, si vuelven a la Bahía con todo lo que está ocurriendo, o deciden irse al Desembarco del Rey de vacaciones, porque lo que pasan de ser Barco del Rey se queda en Desembarco del Rey, así que...

Siempre. Vamos a descubrirlo en una nueva sesión de la Casa Tirson, Cruce B. Caudales, comienza Canción de Hielo y Fuego.

Todo está oscuro, demasiado oscuro. Es una sensación extraña.

Ya has estado por aquí. Caminas a través de un susurro, respiras a través de la nada, te nutres de un agua sólida, te asientas sobre una roca que es arena. No sabes cómo, pero lo entiendes. De alguna manera lo entiendes.

Tu cabeza lo entiende, quizás sea tu alma, o algo más allá, es uno de esos sueños.

Tan raro, tan peculiar. En esa oscuridad de repente comienzan a aparecer luces, pequeños puntos de luz. Estrellas, no, no son estrellas, tú sabes lo que son, con esa certeza que dan los sueños. Son ojos, te miran, no dejan de mirarte. Caminas y ese aire sobre el que caminas, suena a agua, a arroyo, un ruido mucho más denso.

Hay algo más. Es un parpadeo, un giro de cabeza, miras a tu derecha y de repente todo está envuelto en llamas. Hay un septo en el que