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Economía en Acción con Pablo Gil
The trader nº101

The trader nº101 281a20

1/5/2025 · 30:35
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Economía en Acción con Pablo Gil

Descripción de The trader nº101 6f3g48

Te regalo mi visión personal sobre el mercado, análisis, opinión y noticias. 🗓1-05-2025 Filosofía trader: https://pablogiltrader.com/blog/articulos/diferencias-fondos-monetarios-cuentas-remuneradas 2ve6y

Lee el podcast de The trader nº101

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Bienvenido a mi visión personal sobre la actualidad de los mercados financieros número 101.

¿Mis claves? La excepcionalidad del mercado estadounidense, durante años fuente de fortaleza para su economía y su liderazgo financiero global, parece estar desmoronándose más rápido de lo que muchos anticipaban.

Bajo la presidencia de Donald Trump, lo que comenzó como una ambiciosa agenda de América Primero ha derivado en una sucesión de políticas erráticas que han deteriorado la confianza de los inversores en los activos estadounidenses, provocando caídas simultáneas en acciones, bonos y el dólar.

Esta venta masiva reciente no solo refleja un ajuste natural al final de un ciclo expansivo, sino también un profundo cuestionamiento sobre la estabilidad política, jurídica y económica de Estados Unidos, lo que hasta hace poco era considerado un refugio seguro, hoy se percibe como un territorio de riesgos crecientes.

La dinámica de la última década, protagonizada por recortes fiscales y estímulo monetario desmesurado, impulsó un crecimiento robusto y unos beneficios empresariales excepcionales que colocaron al SEP 500 muy por encima de sus homólogos europeos.

Sin embargo, los pilares fundamentales de esta excepcionalidad, crecimiento, liquidez y estado de derecho, se han visto gravemente erosionados en los últimos meses.

La imposición arbitraria de aranceles, la amenaza explícita a la independencia de la Reserva Federal y la improvisación en política exterior han introducido un nivel de incertidumbre sin precedentes.

Los mercados, habituados a la estabilidad institucional de Estados Unidos, observan con creciente escepticismo las señales de deterioro en las bases que sustentaban el liderazgo económico global estadounidense.

El Día de la Liberación, marcado por la implantación de elevados aranceles sin una estrategia económica coherente, fue un punto de inflexión claro.

Desde entonces, los tipos de interés a largo plazo se sitúan en niveles máximos de las últimas dos décadas, mientras el dólar se ha desplomado de manera preocupante.

Esta combinación letal evidencia que el miedo ya no es únicamente a la inflación, sino a un debilitamiento estructural del sistema económico estadounidense.

Invertir en activos denominados en dólares ya no se percibe como una apuesta segura, sino como una jugada arriesgada en un entorno de creciente volatilidad.

El capital internacional, que durante décadas fluyó hacia Estados Unidos atraído por su estabilidad y previsibilidad, ahora empieza a buscar refugio en otros destinos.

Sin embargo, el problema más profundo no se encuentra únicamente en el deterioro de la confianza internacional, sino también dentro de sus propias fronteras.

El verdadero talón de Aquiles de la economía estadounidense reside en la confianza interna de sus ciudadanos.

Estados Unidos ha construido su fortaleza económica sobre un consumo privado robusto, que representa cerca del 68% de su PIB, muy por encima del peso que este componente tiene en otras economías desarrolladas.

La resiliencia del consumo ha estado alimentada por un mercado laboral sólido y por el efecto riqueza derivado de la revalorización de activos inmobiliarios y financieros.

Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, los activos estadounidenses han mostrado un desempeño claramente inferior al de Europa y China.

Tanto el S&P 500 como el Nasdaq han sufrido caídas relevantes, los precios de los bonos se han debilitado y el dólar ha perdido terreno frente a las principales divisas desarrolladas.

Esto contrasta con años en los que la bolsa estadounidense y su deuda pública eran el faro que guiaba al resto del mundo financiero.

Aunque podría tratarse de un ajuste pasajero tras un largo periodo de liderazgo indiscutible, también existe la posibilidad de que estemos presenciando el inicio del declive de la hegemonía económica estadounidense.

De ser así, el riesgo sería inmenso, ya que los ciudadanos estadounidenses, a diferencia de los europeos, concentran una gran parte de su ahorro en activos financieros locales, no en depósitos bancarios, exponiendo aún más su estabilidad financiera ante cualquier deterioro prolongado de los mercados.

Las expectativas de los consumidores se están deteriorando a un ritmo alarmante.

El índice de confianza del consumidor ha caído hasta situarse en el 15% inferior de su rango histórico.

Además, la tasa de ahorro personal ha descendido hasta mínimos históricos, limitando el margen de maniobra financiera de los hogares justo en un momento de creciente incertidumbre.

La presión de la deuda sobre los ingresos disponibles también ha aumentado, incrementando la vulnerabilidad del consumo privado ante cualquier shock económico adicional.

Esta degradación en la confianza y la situación financiera de los hogares podría acabar socavando el apoyo ciudadano que llevó a Donald Trump de nuevo a la presidencia.

Si la percepción de deterioro económico cala entre sus propios votantes, las elecciones de medio término podrían convertirse en un punto de inflexión crítico.

Una pérdida de apoyo legislativo podría privar a Trump de la capacidad de imponer su agenda y sumiría a la primera economía del mundo en una parálisis política.

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