Ungido En El Olvido 4yv6j

Ahí está, el primer proceso del rey David fue el rechazo, fue el olvido, y en medio de todo eso fue un giro.

Quiero recordarles que en el Antiguo Testamento el Espíritu de Dios, su actividad a nivel personal, no es como nosotros lo tenemos.

Su actividad en el Antiguo Testamento, venía el Espíritu de Dios sobre una persona y luego se iba.

Cumplía una misión y se retiraba.

Ahora nosotros tenemos la diferencia que el Espíritu de Dios permanece con nosotros.

¿Cuántos dicen amén? Esa marca una diferencia completa.

Ahora, en el caso de David, a partir de ese momento, la presencia de Dios nunca se apartó de él.

¡Qué curioso! ¿Qué tenía David para que eso sucediera? Pero me llama la atención que en medio de todo eso, la Biblia nos dice, Entonces dijo Samuel, el profeta, ¿Sabía usted que los profetas le tenían miedo? Es más, Isaí, que era el papá de David, le dijo, ¿Vienes en paz? Porque sabía que cuando llegaba un profeta, no era para endulzar el oído, era para soltársela.

Entonces, cuando viene el profeta, Dijo entonces Samuel a Isaí, ¿Son todos estos tus hijos? Y él respondió, queda aún el menor que apacienta las ovejas.

Y dijo Samuel a Isaí, envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga.

Envió pues por él y le hizo entrar.

Y era rubio, hermoso de ojos y de buen parecer.

Entonces Jehová dijo, levántate y úngelo.

Porque este es, Diga conmigo este es, Habrás el que está en la par suya y diga, no sé equivocado el señor contigo, vosotros dígale.

Y Samuel tomó el cuerno del aceite y lo ungió en medio de quién? Ok, en medio de sus hermanos.

Y desde aquel día en adelante, El espíritu de Jehová vino sobre David.

Se levantó luego Samuel y se volvió a Ramá.

Ok, esto es muy importante.

Porque David, en su cabeza, ¿Qué pudo haber pasado para que cambiara su mentalidad? Si toda la vida lo habían rechazado.

Toda la vida era el que se le olvidaba el nombre.

Quizás más de alguna vez a usted se le ha olvidado el nombre de sus hijos.

No me diga que no, porque cuando alguien está, Cuando está alguien lleno de cólera y con achacolete en la mano, No dice el nombre, no dice el nombre del que tiene enfrente, sino el más tremendo.

Y se le olvidó el nombre, sí o no? Así que no me este diciendo, a mí nunca se me ha olvidado.

¿Cuál? Se le ha olvidado más de alguna vez.

Lo que pasa es que con David, Era normal, normal que lo rechazaran, normal que fuera lo olvidado.

Y no solamente eso.

Y ya les voy a explicar las razones por las cuales se cree que pudo haber sucedido.

Sino el hecho de que fuera algo constante.

Yo no sé cuántos de los que están acá en algún momento se sienten, Que son como cuando alguien va a jugar fútbol, Levanten la mano a los que les gusta jugar fútbol.

Levanten la mano bien, los demás no juegan nada.

Bueno, entonces quédense conmigo porque tampoco juego fútbol.

Pero cuando uno juega fútbol, Cuando estaba chiquito me recuerdo, Que empezaban a elegir a la gente que iba a jugar.

Y los dos mejores los ponían, Bueno en aquel tiempo era parinón, verdad.

Para ver quién empezaba a elegir.

Y empezaban a elegir a fulano y a mengano.

Y empezaban a elegir a quiénes.

A los mejores.

Y ya es cuando, ya quedaban dos pelones, verdad.

Y uno se le queda viendo con quién se va, Que qué feo se siente eso, verdad.

Y que de repente, Hay que te quedan los dos, Ahí que se queden.

No, ahí te los cambio por un penal mejor, verdad.

La cosa es que nadie los quería.

El sentimiento de olvido, El sentimiento de rechazo, Era algo que tenía David impregnado.

Y probablemente en algún momento de tu vida, Tú te hayas sentido así, es más, Quien quita que estando casado, Quien quita que teniendo una familia, Quien quita que teniendo hijos, Quien quita que siendo hijo en la casa de tus padres, Tú te hayas sentido abandonado, rechazado y marginado, Aunque tengas todo.

Pero la buena noticia es que es parte del proceso.

Porque más de alguno puede decir aquí, Bueno, es que si no fuera mi hermana, Corriendito fueran mis papás.

Pero como soy yo, Estás en proceso, Davidito.