VIBRANDO CON GEMMA - Entrevista Lola Arribas 571tv

Saludos a todos los que nos escucháis en Vibrando con Gema en Acércate Radio.

Hoy estamos un martes más compartiendo experiencias, compartiendo testimonios y en este caso hoy tengo el enorme placer de tener a un testimonio que nos va a explicar cómo las sacudidas de la vida se pueden convertir en un nuevo propósito. Ella es Lola Arribas, de profesión técnica en enfermería, naturópata y actualmente jubilada. Bienvenida Lola a Vibrando con Gema. Pues bien hallada Gema. Bueno, un placer, ya llegó el momento que se dio el programa, siempre se acaba dando, no sabemos cuándo, yo nunca sé cuándo, pero al final se acaba dando.

Bueno, hay que dejar fluir. Total, total. Y me hace mucha ilusión primero que estés aquí en Vibrando con Gema porque en un principio, como bien sabes, tenía intención yo de hacerte una entrevista por un tema y después nos llevó a otro que más adelante siempre podemos retomar diferentes. Creo que son testimonios interesantes y este testimonio me ha parecido que es muy importante que también lo divulgues. Y allá sin más vamos a empezar. Le hemos titulado las sacudidas de la vida, se pueden convertir en un nuevo propósito y explícanos, explícanos a la audiencia qué son, qué ha significado para ti, qué ha sido esta sacudida.

Bueno, la vida no te da nunca una sola sacudida, normalmente te da muchas. Yo tengo 67 años, o sea que alguna que otra sí que he tenido. Lo que pasa que esta última es una a la que la mayoría de nosotros le tenemos como mucho miedo. Siempre pensamos hoy si un día me dijeran...

Bueno, pues ese día en mi caso llegó en el mes de agosto del año pasado y me dijeron que tenía un cáncer de mamá. Evidentemente es una primera bofetada que te deja noqueada durante al menos, en mi caso fue un ratito, porque habiendo trabajado en lo que yo he trabajado y después de que te hacen una serie de pruebas, etc., pues uno tiene claro que hay muchas posibilidades de que le den ese diagnóstico. Pero claro, de las dudas a las certezas pues hay un mundo y en ese momento en que sueltan la palabra que tenemos que dejar de hacer que sea tan maldita, porque no es más que una palabra.

Lo mismo que nuestra edad no es más que un número. Entre sollozos le iba diciendo al médico, lo siento doctor, yo no quería llorar, es que es la palabra. Y él me asintió. Total que quedamos en las cosas que iban a venir a continuación, etc. Salí a la calle con mi marido, siempre vamos los dos juntos a estas cosas, y al cabo de unos minutos y con un café delante le dije, cariño, ahora se acabó ya modo combate. Y desde ese momento empezaron a cambiar las cosas a una velocidad increíble, muy deprisa y además muy fácil, de verdad. Fue una sensación extraña.

Al principio las personas van con cuidado de no decir esa palabra, que cuando sueltas cáncer ya parece que todo es terrible. Sin embargo, como profesional de la medicina sé que hay infinidad de diagnósticos mucho peores. Así que me dediqué a decir a todo el mundo, ¿cómo te encuentras? Y decía, bueno, tengo un cáncer de mama y la gente se te queda mirando un poco como diciendo, corcho, lo estás diciendo como si fuera una enfermedad normal. Bueno, pues es una enfermedad normal. A veces nuestros miedos obedecen a cosas como la semántica. En el fondo de todos nuestros problemas siempre, siempre hay miedo. Cuando yo formulo flores de Bach, por ejemplo, casi siempre acabo poniendo por una flor relacionada a la enfermedad.