
Viernes de la 6ª semana de Pascua ( ciclo C ) 4e3v6
Descripción de Viernes de la 6ª semana de Pascua ( ciclo C ) 5v4e2
Reflexión de Mons. José Ignacio Munilla sobre el evangelio del viernes de la 6ª semana de Pascua. dr5e
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Viernes de la sexta semana de Pascua. El Evangelio es Juan 16, 20 al 23. En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos, en verdad, en verdad os digo, vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre. Vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría. La mujer cuando va a dar a luz siente tristeza porque ha llegado su hora, pero en cuanto da luz al niño ni se acuerda del apuro por la alegría que al mundo, de que al mundo le ha nacido un hombre. También vosotros ahora sentís tristeza, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y nadie os quitará vuestra alegría.
Ese día no me preguntaréis nada. Jesús sigue preparando a sus discípulos para la despedida, para esa despedida a la que él marcha al Padre y habla de una paradoja, la paradoja de que nosotros en esta vida vamos a derramar lágrimas mientras que el mundo se reirá. Nosotros experimentaremos el sufrimiento de no tener a Dios presente con nosotros, de que el reino de Dios todavía no está plenamente instaurado. Estaréis tristes, derramaréis lágrimas, sufriréis, mientras que el mundo reirá, porque el mundo tiene una risa frívola propia de quien no se toma en serio la existencia.
Pero Jesús esas lágrimas, ese sufrimiento de sus discípulos que todavía sufren porque no ha llegado la consumación del reino de Dios, lo compara a un parto, como la mujer que va a dar a luz, está triste, está sufriendo por ese momento del parto, pero en cuanto que acontece el parto se olvida enseguida de sus dolores. Ese niño que ha nacido le hace olvidarse fácilmente de todas las pruebas que ha tenido. Este ejemplo lo pone Jesús en el Evangelio de hoy para que entendamos que esta vida es como una gestación, una gestación de la vida eterna. Y la gestación hay que cuidarla porque el estado del gestante, de la gestante, es vulnerable y hay que cuidar la gestación.
Y además cuando se acerca el parto sabemos que el parto es doloroso, pero estamos preparándonos para un parto que no termina en sí mismo, sino que termina con el gozo de la vida plena, de la vida eterna que Dios nos da. Vuestra tristeza se convertirá en alegría. Esta vida es como una gestación para dar a luz la vida eterna, para dar a luz esa gloria definitiva que Cristo vendrá a darnos cuando retorne después de su ascensión, cuando retorne a buscarnos. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
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