Visiones rocieras. 4y4r6

Muy buenos días ahora que se acerca la anual romería a la aldea del rocío donde se venera la imagen del mismo nombre cuando en muchos pueblos y ciudades las hermandades se aprestan a comenzar la peregrinación hacia la virgen por caminos y veredas no estaría de más brindar varias visiones escrita desde diferentes prismas para un mismo acontecimiento separadas por los años y que pretendieron en su momento dar con la tecla de lo que es de religioso y profano y rodea a una de las celebraciones festivas más importantes de andalucía pero como siempre vayamos por parte uno de los textos que traemos a colación data del año mil ochocientos ochenta y dos y está escrito por un serio y sesudo cronista e historiador sevillano muchas veces presentan esta página josé gestoso y pérez publicado como artículo en el numero mil trece de la barcelonesa revista la ilustración lleva por título la romería del rocío y busca de manera resumida explicar sucintamente el desarrollo de la peregrinación hacia la aldea almonteña sin olvidar sus orígenes históricos o el desarrollo del camino por parte de la mandadas existente en aquel entonces desde sus respectivas poblaciones de origen pintando un cuadro colorista y lleno de vida la fiesta del rocío tiene lugar en el segundo día de pascua de pentecostés que se celebra en los meses de mayo o junio y esta circunstancia sola es de por sí bastante para quitar bríos a los más valientes de espíritu y de cuerpo si consideran el sofocante calor de los campos andaluces en aquellos días en los cuales apenas si los pájaros se atreven a cruzar los abrasadores arenales que en circuito de varias leguas rodean el santuario inmensa llanura que nada tienen que envidiar a las de áfrica ni por su pobre y salvaje vegetación ni por su límpido cielo y por si su cáliz minosa temperatura dicta el santuario unas tres leguas de la villa de almonte y es por demás pintoresco el espectáculo que ofrece en aquellos llanos cuando por una y otra parte comienzan a descubrirse las numerosas cabalgatas de las hermandades del rocío que acuden desde villamanrique pilas la palma moguer sanlúcar de barrameda umbrete y la más rica de todas la de triana en sevilla carros y jinetes preceden en alegre comitiva a la carreta que conduce el estandarte o sin pecado de las respectivas hermandades en el cual llama la atención la yunta de bueyes que la arrastra por su enorme frontales piramidales bordados en mil colores y enriquecido con menudas piezas de pepillo los cuales deslumbra los ojos al ser heridos por el sol y con sus pétalos de seda y sus anchas cinchas bordada de oro y enriquecida de grandes borlas y flecos durante el largo camino que tienen que seguir cada una de estas cabalgatas hacen parada ante las puertas de las ventas en ellas llénense las botas vacía con eldorado zumo de la manzanilla o el vinillo de la hoja reponerse los fechos de provisiones y de nuevo continuar la marcha entre el estruendo de las palmas y de los cantos flamenco pasando la noche acampados al aire libre bajo las copas de los olivo o bien en los pueblecitos del tránsito alcanzar el rocío tras el duro camino tiene desde tiempos antiguos una hermosa recompensa para las hermandades su presentación ante la virgen y la hermandad matriz de almonte como mandan los cánones al día siguiente domingo de pentecostés muy temprano será la misa solemne de pontifical y tras ella con cada hermandad asentada ya en su campamento o casa llega la hora de comer beber bailar disfrutar y por qué no descansar así lo expresaba en mil novecientos dieciocho pedro morgado en su impagable serie de artículos publicados en el correo de andalucía que agrupó en un libro titulado la romería del rocío y que se detiene nunca mejor dicho a trazar de manera poética un aspecto cotidiano pero no menos importante la siesta en el rocío es cansancio y el polvo y el sol un sol pegajoso que se filtra picante pertinaz por los verdinegros ramones de eucaliptus que forman sombrajo en la portada un polvo blanco sucio que da a las cosas vaguedad y lejanía que diluye los dos en una especie de luz densa y lechosa restando limpidez brillante a la perspectiva y puro relieve a los contorno haciendo de un solo color color blanco terrizo los números matices del real un cansancio en esta plum vea siesta dominguera después del alma fuerzo opíparo todo el ajetreo de la