Viviendo lo Divino. Identifica y Desbloquea tus emociones, 02 de abril 2025 5o2n6f

¿Qué tal amigos, cómo están? Muy buen día, un gusto en saludarles. Estamos en la emisión más de su programa, Viviendo lo Divino, donde tenemos el gusto de saludar después de una ausencia, pero que la verdad nos encanta tenerla nuevamente aquí, a Geo Pérez, facilitadora integrada. ¿Cómo estás Geo? Hola, ¿Qué tal? Mucho gusto de verlos nuevamente allá. Muy, muy, muy bien, muy contenta de estar aquí otra vez, ya extrañaba mucho este lugar, este espacio. Yo soy chica podcast, ya me descubrí, sí me gusta esto. Pues nos da muchísimo gusto, gracias por estar aquí con nosotros, y que no hagan cuenta, gracias, con temas que son de muchísimo interés para todos y cada uno de nosotros, y por experiencia propia lo digo, porque ¿a quién no le ha pasado? Ya hemos hablado, cuando la emoción nos enferma, pero ¿qué ha pasado cuando esa emoción, amigas y amigos, nos sucede que nos bloquea, no nos deja avanzar en la vida? Quizás la toma de una decisión, un miedo que tenemos de algo que creemos que va a pasar, me ha pasado, pero estamos, va a pasar, va a pasar, y estamos todos bloqueados, o esa emoción no nos deja sentirnos felices, plenos, contentos, porque está ahí como, como un taladro ahí constantemente en nuestra cabeza, o en nuestro corazón.

Precisamente Geo, desde su expertise, nos va a dar herramientas de orientación para poder desbloquear nuestras emociones, ¿cierto Geo? Muy cierto, espero lograr ese cometido, sí. Claro que sí, y no, y de todas maneras, independientemente de las herramientas, cabe mencionar que a veces, pues sí necesitamos terapia, terapia, este, de cualquier índole, ya Geo nos ha dado recomendaciones para que, y de acuerdo al caso, pues nuestra emoción está muy clavada, muy fuerte, o no sé si incluso muy añeja, que es una emoción de años atrás, pues que qué poder hacer, porque a veces es tanto, o es tan poderoso, este, que pues sí se necesita el auxilio de un profesional, pero bueno, ya no lo platicaré, pero por lo pronto, ¿por dónde empezamos Geo? Muy bien, pues muchas gracias.

Bueno, para empezar con este tema, me gustaría hacerles como una pequeña analogía, si estás de acuerdo. Imagínense que las emociones son, estaba pensando yo en una analogía que quedara así como más clara, porque te cuento que yo tengo un ratito de voluntaria dándole clases a niños en una escuela primaria, precisamente de las emociones y del autocontrol, y pues me he acostumbrado mucho a dar ejemplos muy sencillos, y pues eso a mí me ha funcionado mucho, inclusive para mí, para poder entender cómo es esta situación. Antes de hablar del bloqueo, hay que decir, bueno, las emociones son como un río, imagínense un río que viene desde donde se forma hasta donde termina, y es un río que tiene piedras, tiene desvíos, tiene muchas, muchas cosas, pero fluye, fluye, fluye. En el río llegan animalitos a tomar agua, llegan las lluvias, y entonces a veces se desborda y luego vuelve a su cauce.

Entonces, así son las emociones, porque dicen, bueno, ¿para qué hijos nos sirven las emociones? ¿Por qué para empezar las tenemos? Antes de hablar del bloqueo emocional, de decir, bueno, ¿y qué son las emociones? ¿Por qué las tenemos? ¿Para qué no sirven? ¿Y por qué hago como que las bloqueo? Porque luego me imagino a esa marmotita, este, no, el castor, el castor es el que pone ahí las piedritas, que digo, a manera natural el castor hace eso por bienes propios, ¿no? Pero nosotros así le hacemos con las emociones, empezamos a bloquear, imagínense ese río, y empezamos a poner piedras y piedras y piedras para taparlo, para negarlo, para que se desvíe, para no verlo, para evitarlo, ¿no? En nuestra idea, porque realmente eso no sucede. Entonces, para mí es importante que en mí misma entender, ¿para qué sirven las emociones? ¿Por qué están ahí? Ya, ahorita hablabas tú de emociones añejas y profundas y todo, pero todo inicia con cinco emociones, y me voy a meter solo con cinco, o cuatro en este caso, para no hacerlo tan largo. El miedo, ¿el miedo para qué lo tenemos? Yo les decía a los niños, yo tengo muchas ganas de saber a qué se siente la melena de un león.