05x33 El asesinato de Laudelina Medrano 51383z

¡Hola! Aquí comienza El Señor de los Crímenes. ¿Qué tal estás? Espero que muy bien. Muchas gracias por estar ahí, por seguir apoyando este programa, El Señor de los Crímenes. Hoy vamos a viajar hasta 1958, pero para contar un caso que podría ser muy actual, y es que una chica de 17 años tuvo la mala suerte de encontrarse con el que sería su asesino. Y esto puede ocurrir en cualquier momento. Ya sabes que no hay que tener miedo, pero tenemos que tener los datos para intentar evitar ser una víctima. Vamos a hacer lo que esté en nuestra mano para ponérselo bien difícil al malvado, porque, desde luego, los malvados están ahí. En este caso, esta chica se topó con un hombre que buscaba algo. ¿Pero qué? Vamos a investigar todo lo que sucedió con la ayuda de nuestro amigo Mateo Echebarría. Vamos a ar con él. Querido Mateo Echebarría, bienvenido una vez más al Señor de los Crímenes.

Hola Paco, ¿qué tal estás? Muchas gracias por invitarme de nuevo a tu casa, al Señor de los Crímenes, y hola también a tus oyentes, que cada entrega del Señor de los Crímenes es especial y son siempre acogidos de una forma increíble y da gusto trabajar con gente que tiene buen corazón. Es un espacio muy especial, este pequeño programa que se llama el Señor de los Crímenes, porque creo que nos reunimos aquí personas muy especiales también, muy buenas, y es de lo que me siento orgulloso. Creo que, además, en estas cinco temporadas que llevamos, muchas personas han encontrado claves para intentar estar un poquito más seguras, y el caso que nos traes hoy, el de la Odelina Medrano, es un caso, creo que bastante desconocido y olvidado, pero que es muy paradigmático. Lo vamos a ver. ¿Cómo comienza esta historia de una chica de 17 años que va a perder la vida? Pues nos tenemos que trasladar a Aguilar de Campo.

Es un municipio del norte de Palencia, y bueno, tú y yo lo conocemos bien porque ahí hemos estado investigando otra desaparición en 1992 de Manuel y Virginia, las conocidas como las niñas de Aguilar, y fueron a Cantabria a pasar una tarde fiesta y desaparecieron. Pero pues Aguilar, este municipio de Palencia, parece que está marcado por dos historias negras, la de Virginia Emanuela y la de la Odelina, y como te decía, nos tenemos que trasladar a 1958. Y aunque Aguilar es el punto clave, este caso nos va a llevar a dar vueltas por todo nuestro país. El 17 de mayo de 1958 aparece fallecida una joven, la Odelina Medrano, tenía 17 años y aparece en una cuneta en el kilómetro 107 de la carretera Santander. El autor o autores la seccionaron la garganta y además el cuerpo presentaba numerosos golpes en varios puntos. El autor posteriormente la puso con delicadeza un abrigo sobre los hombros para taparla. La Guardia Civil, que es la que se persona, tenía muy claro que iba a obtener más datos a partir de la autopsia que se iba a realizar en el cementerio local.

En un primer momento la Guardia Civil tenía pocos datos más que el cadáver, hasta que unas mujeres de Aguilar empezaron a decir que vieron a un hombre que las asaltó. Ellas iban en bicicleta y ese hombre las hablaba de malas formas, con muy mala educación, las hacía proposiciones. Pensaban que tenía unos 60 o 65 años y eso sí, era rubio. Pero la verdadera edad no era 60 o 65, más tarde se iba a descubrir que el autor tenía 40 años. Con esta descripción la Guardia Civil empezó sus pesquisas, fue al bar de Aguilar y ahí el camarero les contó que vieron a un hombre con características similares, que entró a pedir algo de beber, pero que había algo que les llamó la atención a todo el mundo. Tenía numerosas manchas de sangre y barro. Cuando le preguntaron qué le había pasado, este sujeto desconocido dijo que es que se había caído de la bici. Nadie conocía a este hombre y de la misma forma que apareció de forma misteriosa manchado de sangre y barro, desapareció.