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Lidiar con la frustración la frustración tiende a igualarse con el sentimiento de decepción de desengaño de desencanto de desilusión pero no se reduce únicamente a eso puesto que en esas ocasiones en las que nos invade la sensación de no lograr nada de cuanto queremos no nos limitamos a experimentar esas impresiones sino que lo agrava vamos si empeoramos porque en lugar de tratar de ver por qué ha sucedido de utilizar otro derrotero camino para salir del paso o de tranquilizarnos en la medida de lo posible nos dejamos llevar por la cólera por el cansancio por la derrota y por la rendición no es consuelo pero frustrarse forma parte de nuestra naturaleza humana y no solo es normal sino que incluso puede que resulte sano para hacernos ver que no todo puede conseguirse que no todo se halla al alcance de nuestra mano y que no tiene que pasar nada porque así sea o al menos que lo único que pase sea algo con lo que podamos batallar sin sentir que se acaba el mundo que nos hunde sin remisión ni nada semejante porque analizándolo con una pizca de detenimiento el camino de la frustración suele iniciarse con la fatiga el siguiente paso es frecuente que sea el agobio al cual sucede el desaliento que va seguido de la ira y todo ello culmina a menudo con un enfadado y decepcionado abandonó la frustración no se circunscribe solo a no alcanzar lo que pretendemos sino que lo que casi prevalece más es esa amarga sensación de insatisfacción que tan mal sabor de boca nos deja y qué tantos matices malsanos lleva como compañía además de que una de las características más frecuentes de la frustración es que acusamos y creemos percibir de manera errónea un alto porcentaje de veces incomprensión por parte de los demás falta de escucha auténtica ausencia de atención sincera y ocasionalmente incluso ninguneo y atropello todo lo cual aunque sea producto de nuestra mente y no tenga una genuina base real sumado a esa incapacidad de obtener lo que deseamos confluye en una mayor ansiedad en una grabada irritabilidad had in abrumadora sacudidas de congoja enfrentarse al día a día recoge querámoslo o no momentos que nos causan frustración y yo creo que lo que habríamos de hacer en esos instantes es obligarnos a actuar templada y sosegadamente sin perder los nervios y centrándonos en esas alteraciones que nos invaden expresarlas y compartirlas no reprimirlas sino liberar lo doloroso y antipático que nos reconcome con el fin de ayudar a reducir esa angustia emocional que nos envuelve no te entregues al disgusto ni al enojo aunque parezcas tener motivos para ello y piensa que solo