Cedamos el paso 3l3v1v

Estás a punto de descubrir y encontrar cosas inolvidables.

Asuntos mayores.

Yo soy Marisa Escribano.

Y Guadalupe Ruiz Nerváez.

Tratamos asuntos mayores.

Acompáñanos.

Asuntos mayores.

El arte de vivir.

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Asuntosmayores1 arroba gmail punto com.

Hola Irene.

Buenas días, tardes, noches.

Noches, lo que sea.

Qué bonito es eso, que seamos intemporales.

Sí, en Italia ya ves que dicen ciao.

Ciao es para hola y adiós.

Hola y adiós.

Los dos se usan así, ciao.

Sí, ciao.

Y aquí no, porque aquí o dices buenos días o dices buenas tardes.

Buenas noches.

Buenas noches.

Sí, nada más decir ciao.

Ciao, pupis.

¿Cómo estás, ciao, nena? Fíjate que a veces se pone uno a pensar, sobre todo cuando empieza, es que acabamos de cumplir años las dos.

Sí.

Entonces, cuando llega el tiempo, el momento de pensar en la edad en que ya pasó otro año y que ves que velozmente pasa el tiempo.

Sí.

Fíjate que esta vez, un día antes de cumplir años, me sentí ahí un poco deprimida.

De veras.

Sí, cosa que a mí no me pasa, a mí no me causa mayor problema cumplir años.

Me gusta festejarlo, sentir que estoy triunfando.

Sí.

Y después me lo comentaba una amiga, me decía, es que si te das cuenta, deberíamos de festejar, una vez que ya has rebasado cierta edad, deberías de festejar con mayor ganas, con mayor gusto, porque es un triunfo.

Pues fíjate que yo te voy a confesar, ahorita que estás diciendo eso, te voy a confesar que yo tengo problemas con los cumpleaños, cosa con el mío.

¿Cuesta cumplir años? No.

Y parece que sí y no, y a veces sí y a veces no, y te voy a explicar por qué.

Me quedé acostumbrada, y no sé si les pasa a ustedes, que cuando eres niña, pues tu mamá te hace todo.

Y entonces te sorprende y te hace tu fiesta y te compra tu pastel.

Y yo me acuerdo que tuve fiestas memorables cuando era niña, de disfraces, y me acuerdo que tengo unas fotos donde salgo vestida de española y de bailarina, y en otras de japonesita, y tengo fotos donde una vez fue el payaso Bozo, que era el famosísimo Bozo de nuestro tiempo.

Sí, claro.

Y entonces eso era bueno, ¡guau! Y tengo fotos con unos pasteles divinos, esos típicos de Sanborns, con sus helados encima, ¿ya sabes? Sí, sí, claro.

Y entonces yo crecí, y voy a hablar de mí porque estoy segura que nos pasa a muchas, pero yo lo acabo de descubrir eso en mí.

Crecí sintiéndome muy amada y muy querida cuando era mi cumpleaños, y cuando pasan los años, resulta que tú tienes que decidir todo, entonces tú te tienes que auto celebrar y tú te tienes que imitar, y tienes que gastarte tu dinero en hacerte tu fiesta.

Y por ejemplo, bueno, mis hijitas no me oyen en este podcast, pero te iba a decir, las amo, las adoro, pero llegan y, ma, ¿qué quieres hacer para tu cumple? Y entonces yo me pongo fúrica, porque digo, ¿por qué me preguntas? O sea, me deberían de estar como mi mamá celebrando a ellas sin preguntarme, pero no es lo realista, ¿me entiendes? O sea, reconozco que ellas, en una atención muy linda, me dicen, bueno, ¿pero qué quieres? ¿O quieres una comida? ¿O quieres que nos vayamos a desayunar? ¿O quieres que te demos algún regalo? ¡No sé! Y empiezo yo.

Te pones de malas.

Me pongo de malas y empiezo a ladrar, porque en el fondo, o sea, ellas están siendo lindas, pero en el fondo, yo añoro esas celebraciones.

Que te den una papacho, que tú llegues y que esté todo.

Que todo sea espontáneo.

Sí, que llegara yo y de repente me tienen el fiestón del siglo, ¿no? Y todas esas fiestas que a veces uno les hace y que yo sí les hice a mis hijos cuando eran chiquitos.

Claro, claro.

Y repitiendo de alguna manera lo que tu mamá hizo contigo, ¿no? Pero bueno, sé que es ridículo y sé que a estas alturas, pues ya eso no es importante, pero entonces por eso no gozo mucho los cumpleaños.

Me los festejan muy lindos, mis hijas, pero no me gusta yo tener que decidir y tener que escoger y tener que hacer.

Pero no te molesta el hecho de cumplir años, de agregarle años a tu vida.

No, me molestaría más no poder cumplirlos.

Exacto.

Es darle un sentido bonito a la vida.

Sí.

Volviendo y recordando lo que hablamos.

O sea, a mí cumplir años me vale gorro.

Ajá.

Pero siempre que llegue esa fecha me siento tentada.