¿Cómo sabes si estás enamorad@ después de los 40? Parte 2 4eb4t

Bienvenidos, cucas y cucos. ¿Cómo estáis? ¿Qué tal? ¿Cómo ha ido la semana? ¿Qué tal, cuca? ¿Cómo estás? Pues muy bien aquí, con ganas de continuar con este temazo.

Sí, hoy continuamos, como os dijimos, con el tema de cómo saber que estás enamorado después de los 40. La verdad que se nos hizo corto el otro día y por eso hemos decidido continuar. Así que tenemos algunas cositas interesantes que explicaros y esperemos que os guste. ¿Verdad, cuca? Sí. Entonces, bueno, la semana pasada hablamos más de qué significaba estar enamorado y cuáles eran las reacciones que teníamos desde el punto de vista psicológico, desde el punto de vista científico-químico.

Y en este capítulo vamos a hacer más énfasis en cómo saber si uno está enamorado después de los 40. ¿Y por qué decimos después de los 40? Es porque, y esto estoy completamente convencida, no sé si el corte son los 40 o los 35 o los 45, porque yo creo que va, depende de la madurez de cada persona, pero lo que está claro es que nos enamoramos de manera diferente.

Y no lo digo yo, no me buscáis estudios, lo podéis ver. Y es que al final yo creo que cuando eres más mayor la experiencia de enamorarse es una experiencia más consciente y más madura. Tienes más autoconocimiento, tienes más claridad de lo que quieres en general en todos los temas y en particular en el tema de las relaciones. Entonces yo creo que hay más clarividencia de lo que significa tener una relación equilibrada y satisfactoria.

Pero esta madurez también puede dificultar encontrar pareja. Y esto genera una paradoja. Y la paradoja es que cuanto más sabemos lo que queremos, más difícil es encontrarlo. ¿Cierto es? Y claro, ¿por qué es así? ¿Por qué se produce esta paradoja de antes de los 40 y después de los 40? Y aquí pues hay varios factores. Uno es que hay más filtros. Si tú filtras más, ¿no? Esto es como haces una búsqueda de casa.

Claro. ¿No? Cuanto más filtros pones de, ah, quiero que sea este precio, quiero que tenga esta habitación, pues se te va quedando, ¿no? La lista que te ofrece la plataforma es mucho más pequeña. El embudo es más estrecho. Exacto. Entonces, claro, reduce las posibilidades.

Claro. Entonces más filtros, menos opciones. Menos oportunidades naturales. Porque claro, después de los 40 tienes hijos, tienes el trabajo, y aunque no tengas hijos seguro que tienes montones de cosas más que te puedes permitir hacer ahora que antes a lo mejor no te podías permitir hacer. Entonces tienes menos oportunidades de conocer a gente nueva.

Porque no todo el mundo está conociendo gente nueva constantemente. Pues quedas con los del instituto, con los de GB, con los vecinos, con los padres amigos. Entonces al final tienes menos opciones. Claro. ¿Qué más cosas? Miedos y bloqueos emocionales. Y al final, claro, pues vas acumulando. Si has llegado a los 40 y has tenido algunas relaciones, pues ya has tenido tus desencantos. Ya has sufrido. Y no nos gusta sufrir de nada, pero sufrir de amor es tremendamente doloroso. Sí. Y esto deja caparazones.

Yo he conocido a cucarachos maravillosos que sé que son personas maravillosas, pero que vienen con un caparazón gigante que no tienen ganas de quitarse porque no les compensa. Sí, personas que no se quieren enamorar o abrir. Y en el fondo también los entiendo, porque cuando conoces la historia detrás de esa persona y te cuentan lo que han sufrido y el por qué, entiendes que no quieran exponerse. A pesar de que es precioso o puede ser precioso, también puede ser terrible y terriblemente doloroso. Mucho sufrimiento, claro.

Complicaciones logísticas.

Ya. Está.

Es mucho, hijo.