Crata Repoa: ¿iniciaciones egipcias? 5w4747

Bienvenidos al aula abierta de la Orden Rosa Cruz Iniciática. A finales del siglo XVIII la egiptomanía se consolidó como un fenómeno cultural e intelectual en Europa, reflejando la profunda fascinación que el antiguo Egipto ejercía en diversos ámbitos, desde la arquitectura y la literatura, hasta la filosofía y, sobre todo, los círculos iniciáticos. En particular, la mazonería incorporó con entusiasmo esta influencia, quizás tomando como base la célebre afirmación de Cagliostro que decía, toda luz viene de Oriente, toda iniciación viene de Egipto. Un axioma que se ha venido repitiendo como un mantra en los ámbitos esotéricos desde hace siglos.

En este contexto, en este auge por todo el egipcio, apareció en Prusia, más precisamente en el año 1767, un rito mazónico o paramazónico fuertemente inspirado en las tradiciones iniciáticas del antiguo Egipto, aunque en rigor de verdad este rito no puede considerarse egipcio en sí mismo, sino más bien egipciano o pseudoegipcio, ya que parte de una idealización de las escuelas de misterios descritas en los textos grecolatinos y no de una transmisión directa y comprobable de las prácticas iniciáticas originales del Egipto faraónico.

Aún así, es interesante el modo en que 23 años de que se descubriera la piedra Rosetta fueron llevados a Europa e incrustados en un ritual iniciático, símbolos, ritos y leyendas vinculados a Egipto. Hoy en día todos hemos visto fotos de Egipto, documentales, películas, incluso algunos han tenido el privilegio de viajar a esas tierras, pero en el año 1767 no se sabía demasiado de Egipto, al menos no con el rigor científico que vino después con el desarrollo de la egiptología.

Por lo tanto hay que decir que el rito de los arquitectos africanos de los que estamos hablando tiene mucho de inspiración, intuición, imaginación, pero en verdad no hay ningún linaje iniciático de Egipto auténtico en el que estuviera basado. Este linaje tampoco lo tenían los muchos otros ritos que fueron apareciendo en esos días de fiebre egipcia, como el rito primitivo de los filadelfos en el año 1780, el rito egipcio de Cagliostro 1784, el rito de los perfectos iniciados de Egipto de 1785, la orden sagrada de los oficianos de 1801 y los amigos del desierto 1806. Como vemos proliferaban estos ritos que vinculaban la tradición iniciática europea con la tradición que venía de las tierras del Nilo.

Aún faltaba bastante para que aparecieran otros ritos de inspiración egipcia como el de Misraim en 1814 y el de Memphis en 1838, los cuales se fusionaron a finales del siglo 19 para dar forma al conocido rito antiguo y primitivo de Memphis y Misraim. Con el apoyo de Federico II la orden de los arquitectos africanos se desarrolló con fuerza en el centro de Europa e incluso se dice que se llegó a construir en Silesia un magnífico edificio destilado al gran capítulo del rito que contenía una rica biblioteca, un gabinete de historia natural y un laboratorio de alquimia.

Según cuenta Gérald Galtier, este rito era una síntesis de armetismo y cristianismo y este autor agrega lo siguiente, la orden de los arquitectos africanos no tuvo el éxito que merecía quizás debido al mucho trabajo de investigación que exigía a sus . Es decir que estamos hablando de una orden efímera. Ahora hagamos un repaso de sus grados, de los grados de esta orden, de acuerdo al texto titulado Crata Repoa de 1770 y cuyos autores parecen haber sido Carl Friedrich von Koeppen y Johann Wilhelm von Hymen.

El grado 1 recibe el nombre de pastóforo, una palabra que viene del griego pastos que significa santuario y foros que significa llevar o portar. En la antigüedad, particularmente en Egipto y en la cultura griega, los pastóforos eran sacerdotes que llevaban en procesión imágenes sagradas, reliquias o elementos rituales. Vamos a leer lo que dice el Crata Repoa de este grado y lo vamos a comparar con el ritual de iniciación mazónico y nos vamos a balear de los vídeos de radio televisión.