
Descripción de Domingo XX T.O c492f
En el Evangelio de hoy continúa el diálogo de Jesús con los que le pidieron de “ese pan” que quien lo comiera no volvería a tener hambre, notamos que, en la discusión, mientras El más explicaciones les daba, ellos más se escandalizaban. “Yo soy el Pan vivo que ha bajado del Cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el Pan que Yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida” (Jn. 6, 51-58). La respuesta no se dejó esperar: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”. Respuesta justificable, pues ¿cómo podían comer la carne de uno semejante a ellos? Sin embargo, ante tal objeción, Jesús no se retracta, sino que continúa su argumentación con mayor ahínco. “Les aseguro que, si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y Yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida”. Les plantea un misterio. Y no da explicaciones que puedan hacer el misterio más comprensible. Tal vez porque quienes no creen en El, tampoco aceptarían sus explicaciones. El Señor quiere nuestra fe. Y la fe la tenemos como un regalo de El. Claro está: la fe don de Dios, hay que hacerla crecer precisamente con nuestros actos de fe en Cristo, el Hijo de Dios. “Señor, creo que estás verdaderamente presente en la hostia consagrada”. “Señor, creo que estás presente en el altar con todo tu ser de Hombre y todo tu ser de Dios”. “Señor, creo, aumenta mi fe”. La fe hay que practicarla para que crezca día a día. 3i6y72
Comentarios de Domingo XX T.O 264n3q