`El Canto de la Sirena´. 30-05-2025 1l4t4

Radio Aguilar, emisora Norte, por todo, para todo, con todos.

Arrastre suelo, hay mucho ruido, pero en lo profundo del océano se oye el canto de una sirena.

Apaguen el mundo y enciendan la música, el alma quiere melodía, no ruido.

Los viernes, en el magazín Menuda Mañana, de Radio Aguilar FM, el canto de la sirena.

El que usa la violencia se siente siempre legitimado para hacerlo.

Todos llegamos a un punto en el que pensamos, se lo merece.

Todos aceptamos que es inevitable en según qué circunstancias.

Todos la aborrecemos cuando se usa en nuestra contra.

Todos la aplaudimos cuando sirve a nuestros intereses o encaja en nuestra idea de justicia.

Para nosotros está claro que el malo será siempre el que asesine adolescentes, niños, personas de cualquier edad.

Pero, ¿y ellos? Ellos cuentan la historia desde otra perspectiva.

Seguro.

Ellos son los buenos en su visión de la realidad y se sienten con motivos, se sienten con derecho y se sienten con razón para hacer lo que hacen.

Simplemente son demonios sádicos que quieren sembrar el mal.

¿O son personas convencidas de que están haciendo justicia cuando asesinan? Nos tranquiliza pensar que son lo primero.

Pero quizá sea un poco de las dos cosas.

Cuando escuchas las razones que dan esos líderes mundiales de cualquier conflicto, no he podido evitar pensar que quizá ese sea el discurso que nos está matando.

Sus afirmaciones encierran mucho.

Declaran la existencia de dos bandos, de dos tipos de valores distintos y de una lucha que debe librarse y ganarse, cueste lo que cueste.

Y lo que nos cuesta es esto.

Quizá sea una ilusa.

No me baso en ningún estudio.

Sólo en lo que dicen mis tripas.

Pero me niego a pensar que alguien pueda levantarse por la mañana y tomar ese tipo de decisiones y creerse ese discurso como para hacerlo.

Y sí, yo mismamente podría ser neutral.

Mirar para otro lado.

Pero ¿somos neutrales ante esto? ¿O somos resistencia ética? ¿Somos humanidad? Siempre pierden los mismos.

Los que declaran las guerras no tocan el campo de batalla.

Los que ordenan, los que mueren y matan lo hacen porque otros lo deciden.

Y al final, nosotros somos al mismo tiempo el brazo ejecutor.

Al mismo tiempo somos las víctimas de unas luchas de poder que no somos capaces de entender.

Nos odiamos.

El odio lo justifica todo.

Pero no puedes odiar a un igual.

Por eso necesitamos creernos diferentes.

Porque si eres diferente, mereces un trato diferente.

Me entristece.