
Emilio Carrillo - Conocimiento de Sí Mismo: Constitución total del ser humano y cadena de vidas 65634a
Descripción de Emilio Carrillo - Conocimiento de Sí Mismo: Constitución total del ser humano y cadena de vidas 4b2r5k
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Buenas tardes familia, para mí es un honor y además un placer inmenso tener a una bellísima persona, una gran persona frente a mí y gracias, de verdad, gracias porque la vida y a través de esta persona que tengo enfrente me da la oportunidad de seguir aprendiendo un poco más. Emilio, nos conocemos un poquito y si te entrevistara 14 veces más siempre te haría la primera y eterna pregunta para mí. ¿Quién es Emilio? ¿Quién va siendo lo que vemos nosotros en ti? Pues es una pregunta preciosa, Carlos, para arrancar y además muy fácil de responder en el sentido de que este tal Emilio es cualquier cosa menos lo que se vea sin prevista. Ciertamente yo soy Emilio en cuanto a que mi personalidad, mis componentes físicos, emocionales, etcétera, configuran este tal Emilio, pero esto, esto que estáis viendo de mí, está llamado en un momento determinado a vivir un fallecimiento, a terminar lo que es su existencia, lo que es su vida.
Pues bien, lo que yo soy, querido Carlos, es aquello que hay en mí y que no se ve sin prevista, que cuando este tal Emilio desaparezca, eso no va a desaparecer, desencarnará y va a seguir su camino existencial y consciencial. Eso es lo que soy. Muy bien, gracias Emilio. Bueno, creo recordar que había una frase de San Agustín que dice, Dios mío, ¿es verdad que tuve una edad antes de mi fenecimiento? Entonces te pregunto, Emilio, ¿tú has tenido una edad antes de estar aquí ahora? Sin duda ninguna, querido Carlos.
En esta encarnación de este ser que hoy está encarnado en este Emilio, es decir, en este componente Emilio, yo he tenido lo que podríamos denominar, utilizando una expresión de Cristo Jesús, una especie de nacer de nuevo. Ya quisiera yo que fuera de verdad un nacer de nuevo pleno, como él enseña y convoca en el agua y en el espíritu.
Pero bueno, sin llegar a esas honduras, sin llegar a esos niveles, sí he experimentado ese nacer de nuevo que Agustín de Hipona plasma con esa expresión tan coloquial y a su vez tan certera que tú has compartido. ¿Qué significa esto? Que yo confieso que he vivido, que decía Pablo Neruda, querido Carlos, es decir, yo he tenido una época de mi vida donde lo puramente material, lo puramente superficial mandaba y me tenía atraído y absorbido.
Y bueno, pues hay un momento concreto, todo tiene su por qué y su para qué, donde una serie de circunstancias me van abriendo los ojos, me van mostrando una dinámica y una visión de la vida distinta y a partir de ahí se va produciendo ese morir a la forma de vida que llevaba hasta ese momento y el empezar a nacer a una forma de vida diferente.
Muero a una forma de vida donde todo giraba en torno a lo puramente superficial, a lo puramente evanescente, a lo puramente material, a lo puramente efímero y prosajero y voy naciendo a una forma de vida donde la esencia, lo que de verdad es, lo que es permanente, lo que es imperecedero en nosotros, en la vida y en lo que se va haciendo presente y va adquiriendo protagonismo.
Muy bien, Emilio, me encanta oírte, la verdad, soy de alguna manera fan tuyo, aunque la palabra fan no sea la más adecuada, pero bueno, quiero decir que aprendo, aprendo escuchándote muchísimo.
Emilio, tengo otra pregunta, tú antes no era como parece ser ahora, tú fuiste ni más ni menos que una persona dedicada a la política, ¿nos puedes hablar aunque sea brevemente de esa etapa y qué aprendiste, qué te enseñó a ti en la política? Muy bien, con mucho gusto, querido Carlos. Hubo una fase de mi vida, yo diría que siendo un niño, un adolescente, donde el espiritual estaba muy cercano, estaba muy próximo en mí, tanto es así que a los 15 años mi intención era ser misionero claretiano. ¿Por qué no fui al seminario claretiano finalmente? Por la sensualidad, entendí que el celibato no iba a ser capaz de asumirlo, que iba a ser una especie de autoengaño y de engaño a los demás y renuncié, dejé esa vocación, vamos a llamarlo así, y estamos hablando de cuando tenía 15 años aproximadamente, Carlos. A partir de ahí enfoqué lo que era esa vocación de servicio, porque estaba ahí esa vocación de servicio, ahí se encontraba, lo enfoqué a otros campos, empecé a estudiar económica.
Comentarios de Emilio Carrillo - Conocimiento de Sí Mismo: Constitución total del ser humano y cadena de vidas 22526h