En Clave: Familia Córdoba 3e1s5i

La vida, la vida entera, yo creo que no ha existido un solo día en el que yo no tenga una referencia a la música.

La música está físicamente desde que yo era un bebé y la siento dentro de mí, mi ritmo de vida, mi ritmo de hablar, mi ritmo de caminar, mi ritmo de disfrutar y es un deleite total.

Hola, hoy estamos en Enclave una vez más con una familia, con dos de una familia que ha sido muy importante en el movimiento musical, en la educación musical de Medellín y que quise traerles acá para consultarles un poquito porque ha sido como, cuando yo estaba estudiando era como un poco una cuestión mítica, la familia Córdoba, que todos tenían un vida absoluta, que todos eran músicos, que todos eran pianistas.

Entonces quise traerles hoy a Jelen, que es la hermana mayor y a Félix, que es uno de los hermanos, no sé en dónde, por ahí de la mitad.

De la mitad, sí.

Bueno, muy buenos días, ¿cómo están? Buenos días, muy felices.

Muy bien, muchísimas gracias por la invitación.

Cuéntenos un poquito, ¿por qué se dio ese caldo de cultivo de música en la casa? ¿Quiénes de sus padres, tíos, etcétera, etcétera, eran músicos y quién los llevó como a que eso pasara? Bueno, eso es llegar hasta los inicios.

Somos siete hijos de Domingo Córdoba.

Pienso que la música entró a la casa por la puerta de mi padre, quien siempre estuvo encargado como de nuestro bienestar en los primeros años y eso significó que la música se volviera una rutina natural, una rutina de todos los días como cualquier otra de las rutinas.

Entonces, yo pienso que siempre fue muy suave y muy certero que la música estaba ahí y ya lo demás son las cualidades o capacidades o características de cada uno.

Cada uno de los siete hizo como su traducción a su personalidad, a sus gustos, a sus impresiones, pero sí es verdad.

Las siete personitas siempre dedicamos la vida a la música.

Sí, mi padre tocaba varios instrumentos, cuerdas, cuerdas pulsadas, acordeón, trompeta, piano, órgano.

Cantaba también muy bien.

Y me acuerdo que él tocaba al mismo tiempo trompeta en si bemol con acordeón en do.

Ah, sí.

Acompañaba con los bajos y la melodía en la trompeta.

Eso era un descreste para las serenatas y las fiestas.

¿Y él dónde estudió? ¿Con cuál fue la formación de él? Él estudió en la Nacional de Bogotá un tiempo, pero más que todo autodidacta.

Pero era medio genial para la música entonces.

Sí, y en el folclor latinoamericano pues hacía cuecas, hacía bambucos, de todo.

¿Él a qué se dedicaba pues fuera de hacer eso? ¿Era profesor de música? Era profesor de música.

Era profesor más que todo a domicilio.

Después, cuando fundamos la academia, él también daba sus clasesitas.

Sí.

E incluso se metió también a afinar pianos.

Ah, sí.

Porque su mejor amigo, que era Iván Uribe, también afinaba pianos.

Entonces él afinaba, pero muy rudimentariamente pues.

Muy rudimentariamente.

Y por eso también fue que influyó en mí esa inquietud.

¿Y vas a decir algo? Sí, no, para él eso era natural también.

La música siempre, desde la mañana hasta la noche, su pensamiento siempre era en música.

Y por supuesto en la educación de nosotros.

Pero él fluía con la música.

Yo lo sentía a él muy feliz cuando agarraba su tiple y se cantaba todos sus pasillos y sus bambucos.

Amaba mucho a Morales de...

Pedro Morales Pino.

Sí, de Santander.

Pues, él tenía un repertorio amplísimo.

Yo recuerdo todos los días, como después de las cuatro de la tarde, había música libre en mi casa.

Era de parte de mi papá, la esposa.

En fin, había muchos cantos, muchas reuniones.

Había mucho disfrute de la música siendo nosotros pequeños.

Y él...