EXCLUSIVO-George Stinney-El niño condenado a muerte-Parte 1-T3EP2 1z114s

Hola a todos y bienvenidos a CRIMEN EN SERIE. Soy Aynan y hoy empezamos nueva temporada con los episodios exclusivos para fans.

Para este inicio he elegido un caso que me ha llamado muchísimo la atención por diferentes motivos.

Se trata del caso de George Stinney, el condenado a muerte más joven de la historia.

Pero antes de empezar agradeceros el apoyo que me dais a pesar de que he tenido que reducir el número de episodios mensuales por motivos personales y laborales.

Espero que aún así disfrutéis del contenido.

Recordad que si os interesa escuchar todos los podcasts exclusivos de este programa y todos los que están en iVoox, sin publicidad y también acceder a una gran selección de audiolibros, podéis usar el enlace que está en la descripción y así también me ayudáis en el programa de afiliados.

También advertiros que el contenido de este episodio tiene descripciones de lesiones y agresiones a niños, por lo que puede herir la sensibilidad del oyente.

Y que por motivo de la cantidad de información que he podido encontrar voy a tener que dividir el episodio en dos partes.

Y ahora sí que empezamos. Hoy es viernes de podcast exclusivo y vamos con el caso.

El contenido de este podcast se basa en indagaciones extraídas de periódicos, libros, informativos, documentales y vídeos. Todo ello con el propósito de ofrecer entretenimiento e información.

Es importante señalar que las opiniones expresadas son de carácter personal. Soy Aynam y esto es CRIMEN EN SERIE.

Empecemos.

En 1944, George Stinney Jr. era un joven de 14 años que medía metro y medio y pesaba unos 40 kilos.

Vivía en una casa pequeña con gallinero en su ciudad natal de Alcolu, Carolina del Sur, con su padre George Junior Stinney, su madre Aimé Brown, su hermano Charles de 12 años y sus hermanas Catherine de 10 y la pequeña Aimé de 7, a la cual George la llamaba sombra porque siempre iba detrás de él a todas partes.

Su madre era cocinera en la escuela de Alcolu para niños negros y su padre trabajaba en el aserradero como casi todos los hombres que vivían en esa ciudad y la familia residía en viviendas de la empresa.

Alcolu era una pequeña ciudad industrial de clase trabajadora.

Los barrios de blancos y negros estaban separados por vías de tren, lo cual era común en las pequeñas ciudades del sur de la época, dado que las escuelas e iglesias estaban segregadas para los residentes blancos y negros. Había una interacción limitada entre ellos, salvo en el caso del aserradero que trabajaban tanto hombres blancos como negros.

El 23 de marzo de 1944, George y Aimé estaban cuidando de los animales fuera de la casa.

Era una tarde normal hasta que unas niñas blancas que iban en bicicleta se acercaron y le preguntaron a George dónde podían encontrar Maypox, que era como le llamaban en esa zona a las flores de la pasión.

Esto era bastante inusual ya que ni los blancos ni los negros cruzaban las vías del tren para adentrarse en los barrios ajenos.

Estas vías eran como un muro que dividía dos mundos, pero las niñas querían recolectar flores, sobre todo estas, y sabían que sólo crecían en esa zona.

Las niñas eran Betty June Vinegar, de 11 años, y Mary Emma Thames, de 7, recién cumplidos la semana anterior.

George les respondió que no sabía dónde podían encontrarlas y las niñas siguieron su camino.

Horas más tarde, las niñas no habían vuelto a casa y los padres empezaron a preocuparse.

Esa misma noche, un grupo de búsqueda de entre 100 y 200 hombres se desplegó por toda la ciudad.

La familia Stinney se enteró de la desaparición de las niñas mientras asistían a una fiesta del barrio.

George les dijo a sus padres que Elly y Aimé las habían visto antes y se fue con su padre para un día más tarde.

Con la oscuridad cubriendo el cono, nadie pudo encontrarlas.

A la mañana siguiente, cuando la luz del sol se elevaba sobre la línea de los árboles, el señor George Burke, uno de los grandes jefes del aserradero, encabezó un grupo de búsqueda mientras continuaban con su trabajo.

Su grupo encontró a las niñas. Estaban muertas en una zanja empapada en una de las propiedades de la ciudad.

Los cuerpos de las niñas estaban rígidos y boca arriba.

Encima de ellas yacía una bicicleta a la que le faltaba la rueda delantera.

No había señales de lucha cuando el Dr. Ashbery examinó los cuerpos de las niñas en la zona de los árboles.

El señor Burke, al parecer, era el único que había visto a las niñas.

El señor Burke, al parecer, era el único que había visto a las niñas.