La Guerra de Corea III: de Inchon a la frontera china 292i1h

Era todavía de madrugada cuando el teniente Jack Wilson, a bordo de una de las primeras lanchas de desembarco, vio surgir ante él la silueta de las defensas enemigas en Inchón.

El aire olía a sal y a pólvora y la tensión en el barco era casi tangible. La marea, caprichosa y rápida, dejaba poco margen de maniobra. Los soldados sabían que si fallaban, la retirada sería imposible. Mientras los proyectiles hurcaban el cielo en un estruendoso preludio, un pensamiento cruzó su mente. Hoy no hay margen para el error. Hoy lo cambiamos todo.

Esa madrugada del 15 de septiembre de 1950 marcó el inicio de una de las operaciones más osadas y decisivas de la Guerra de Corea, el desembarco en Inchón. Conocido como un golpe maestro de la estrategia militar, el plan de Douglas MacArthur tomó a todos por sorpresa, incluso a muchos de sus propios aliados. Las dificultades eran innumerables.

Defensas enemigas, un puerto complicado y una marea que convertía cualquier retraso en un desastre garantizado. Sin embargo, Inchón no solo se convirtió en un símbolo de audacia, fue también el punto de inflexión que dio nueva vida a las fuerzas de la ONU.

La guerra por el sur de Corea había dejado 111.000 surcoreanos muertos, 106.000 heridos y 57.000 desaparecidos. 314.000 viviendas habían sido destruidas y 244.000 dañadas.

Las bajas estadounidenses ascendían a 6.954 muertos, 13.659 heridos y 3.877 desaparecidos en acción. Las bajas militares norcoreanas, por su parte, no se conocen con certeza, pero probablemente ascendieron al menos a 50.000. Las fuerzas lideradas por Estados Unidos podrían haber restablecido el paralelo 38 y haber calificado la guerra como un éxito para la doctrina de contención.

Habría sido una intervención quirúrgicamente precisa, corta pero ardua, una dulce y contundente derrota para los comunistas y una clara prueba de la credibilidad estadounidense. Nadie podría haberle arrebatado esta victoria a Harry Truman, pero a medida que avanzaba la guerra durante el verano, casi todos los altos asesores de Truman decidieron que había llegado la oportunidad no solo de contener la agresión comunista, sino de hacerla retroceder, y Truman aprobará una marcha hacia el norte.

La evidencia de que la intención de invadir el norte se tomó en Washington es clara, no en Tokio, como una continuación lógica del debate sobre la contención y el retroceso que burbujeaba en la istración Truman durante más de un año. En este tercer episodio de nuestra serie sobre la guerra de Corea, exploraremos cómo este momento decisivo transformó un conflicto que parecía perdido en una ofensiva triunfante. Desde la liberación de Seúl, que devolvió un atisbo de esperanza al sur, hasta el imparable avance de las tropas de la ONU, que empujaron a las fuerzas norcoreanas hacia la frontera con China, recorreremos los hitos de una campaña tan brillante como peligrosa.

Pero como veremos, las victorias rápidas pueden ser un arma de doble filo. ¿Qué llevó a las tropas internacionales a aproximarse al río Yalu, provocando una reacción furiosa por parte de China? ¿Fue Inchón un éxito estratégico o un paso hacia un conflicto más amplio? Acompáñanos en este fascinante viaje por una etapa llena de dramatismo, decisiones audaces y consecuencias imprevistas donde las líneas entre la victoria y el riesgo de una guerra total se vuelven peligrosamente difusas. Esto es, que vuelen alto los dados. Bienvenidos, comenzamos.