El Iceberg. T3 Programa 39 272h66

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, mi nombre es Javier García Oliver y estamos un día más, un día menos en el ICBERG. Hoy pues bueno, tenemos previsto un programa determinado, hablamos de una serie de cosas con un invitado especial, pero vamos a cambiar de tercio porque aquí sabes que no mentimos, entonces el invitado nos ha fallado, pero gracias a Dios esta casa y este programa tiene amigos por doquier.

Tiene más enemigos que amigos, pero algún amigo tenemos. Entonces nos lo hemos encontrado, ¿dónde nos lo hemos podido encontrar? Pues como buenos españoles en la barra de un bar y entonces le hemos secuestrado y le hemos dicho hoy vas a venir con nosotros y vamos a hablar. ¿Hablar de qué? Y pues vamos a hablar, lo importante es hablar.

Lo que decía ZP, nuestro insigne presidente, el diálogo, el diálogo es un fin en sí mismo, decía él, ¿no? Pues eso es una gilipollez, pero nosotros vamos a hablar intentando llegar a ciertas conclusiones o hablar de una manera que por lo menos sea políticamente incorrecta, que sea crítica con todo y que sea disruptiva, como nos gusta a nosotros. Así que esa es la intención, ¿cómo empezaremos? ¿Cómo acabaremos? Pues no lo sabemos, pero bueno, tenemos una mala noticia y es que nuestro invitado ha tomado agua con gas, entonces no tengan muy en cuenta...

Es una clave que nosotros itimos a gente de todo tipo y pelaje. Ahora no podrán decir que no... Sabemos que es un tema puntual, él no suele ser así, pero bueno, así que no tengan muy en cuenta hoy sus opiniones. Bueno, esta vez ahora diríamos que es blanco.

Sí, es blanco, es hispánico, es hispanista, es de derecha, es abuso de orden. Yo había cogido el coche para venir a esta zona que ya me parece bastante disruptivo en Madrid y para que no me coja uno de los sicarios municipales, pues he venido sin beber. Aún le linchan a uno por cumplir la ley de vez en cuando. Muy bien, los que venimos de fuera de Madrid intentando acabar con este sistema, pues entendemos que dentro de la jaula esta de la Ciudad de Madrid del señor Almeida, pues bueno, sin más sintonía y comenzamos.

Bueno, pues como lo prometí desde hoy, aquí estamos, vamos a comenzar y tenemos con nosotros a don Alfonso Sabán Astray. Muy buenas tardes, muchas gracias por tenerme, porque sé que era lo que buscabais desde hace mucho tiempo, sé que era vuestro plan principal y eso me emociona. Por supuesto aquí, sabes que no nos gustan los segundos platos, las historias.

Somos gente que tenemos todo muy ordenado, tenemos un cuadrante inmutable y por supuesto no aceptamos improvisaciones espurias. Nos faltaron 200 años en la provincia de Ultramar.

Qué pena, por lo menos 200. Qué pena, fue como nuestro caudillo, que si le echa 40 años más, lo deja niquelado. Si, si revalida. Si revalida, si hubiese revalidado. De guinea sale en blanco.

Bueno, pues como ven ustedes ya venimos fuerte, preparados para que nos expulsen y nos expedienten y seguimos contando pues con la cuota, la cuota que solemos tener, la cuota que, una cuota gallega, no, pero hay más gallegos, claro, porque aquí tenemos siempre una cuota gallega, en este caso Víctor Ruiz.

Totalmente, un día más. Y un día menos. Y hoy lo sumamos a la cuota también, la llegada de Alfonso.

Alfonso, tú. Pero de Colombia. No, no, no, claro, no es lo mismo. No es lo mismo, no tiene que ver, no tiene que ver.

Sí, diría nuestro, esta persona que venía, ¿te acuerdas Raúl? Un chico, un señor que se llamaba Óscar Barja, venía de Londres. Yo tampoco lo distingo, si te sirve. No, pero peor, los que no tienen muralla.

Sí, es la parte norte de Portugal, es una zona, bueno, y sí que tenemos. Entonces nuestros invitados, si es de Colombia, tiene una hora más, ¿no? Los de Canarias van con una hora menos y se nota, y nuestros invitados van con una hora más y se nota también.

Son como los vasos, que nacen de los cojones.

Eso es verdad, ¿eh? Estaba la semana pasada y hay muchísima gente.