
Innovación para un acero más sostenible 5ql5h
Descripción de Innovación para un acero más sostenible 3gu2u
Cristina Cerrillo, investigadora de Tribología de Tekniker, habla en Canal Sur sobre el proyecto MODHEATECH en el que participa el centro tecnológico. Explica los avances realizados en eficiencia energética y reducción de emisiones de CO₂ en la industria del acero, destacando los procesos clave para conseguir una producción más limpia y sostenible sin comprometer la calidad del producto final. j364j
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Y con este tema que se llama The Steel, precisamente el acero, recibimos ya a Nuria Durán para que nos cuente cuál es esa aportación para reducir el impacto medioambiental de la producción de ese material que es básico, por cierto, para muchas de nuestras construcciones. Buenas noches, Nuria.
Buenas noches para edificios, para infraestructuras de comunicación, hablamos de puentes, de vías ferroviarias, aeropuertos, también para automóviles, para electrodomésticos, para plantas de energía, para herramientas.
Vale, vale, que sí, que el acero es un material básico, me queda claro.
Efectivamente, pero como todo en esta vida también tiene una parte oscura, hay un otro lado, de hecho la producción de acero es responsable de aproximadamente el 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, un porcentaje en el que se incluyen las emisiones directas de las plantas siderúrgicas y las emisiones indirectas asociadas a esa producción de energía utilizada en el proceso.
El 8%, el 8% de las emisiones globales, pues, si te digo la verdad, es una cifra que me sorprende mucho.
Es lógico, porque no es un dato menor, de ahí que iniciativas como la que traemos hoy sean especialmente llamativas.
Marcos, por favor, quita ya esa música, que aunque sea heavy metal, y venga al pelo para hablar del metal durísimo, me va a volver loca, Marcos, por favor.
Esto está ya mucho mejor, ahora sí podemos hablar de esta iniciativa que tiene la intención de abordar el desafío de descarbonizar el sector siderúrgico.
Está llevando a cabo el Centro Tecnológico Tecníquer y pone el foco en el proceso de calentamiento de los hornos de las acerías.
Así nos lo ha explicado Cristina Cerrillo, que es investigadora de este centro.
Fundamentalmente estamos centrándonos dentro de la siderúrgica, de los procesos de fabricación del acero.
Nosotros incidimos en una de las zonas de las plantas que incluyen un montón de procesos, desde que llega la materia prima a la planta.
Y nosotros trabajamos, nos enfocamos en los hornos de recalentamiento dentro de los trenes de laminación.
Digamos que son como el último paso en la fabricación del acero.
La laminación es una deformación de semiproductos de acero que se lleva a cabo en estos trenes de laminación.
Y en ellos, mediante una acción mecánica de unos rodillos que giran, se ejerce una presión que consigue una reducción de la sección del material.
Entonces, claro, la utilidad del acero es mayor cuanto más elevada es la temperatura.
Entonces, podemos conseguir un calentamiento mediante la combustión de gas natural directamente, que es lo que se está haciendo ahora.
Se quema ese gas natural y se consigue un aumento de temperatura, estamos hablando entre 800 a 1250 grados.
Y este calentamiento se puede conseguir por otras vías en lugar de combustión de gas natural.
Un horno directamente, que por una tecnología de inducción, que sería algo muy parecido a lo que tenemos todos en casa, en nuestras cocinas, pues conseguimos aumentar esa temperatura del acero, darle esos más de 1000 grados que necesita para calentarse y conseguir ese proceso de calentamiento del tren de laminación para darle la forma final.
Y, por otro lado, recuperamos la energía de los gases de combustión.
Un sistema que nos permitiría disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero de manera muy significativa.
Reducir en torno a un 20% las emisiones de CO2 en concreto, incrementando también, si es posible, la productividad de las acerías sin afectar a la calidad del producto final.
También se quiere alimentar el sistema con un 50% de energía verde que sea autoproducida.
Y, por otro lado, por ejemplo, el calentamiento por inducción tiene una eficiencia energética que es superior al 60%.
Y la quema tradicional de gas natural tiene una eficiencia que ronda el 30%.
Entonces estamos hablando de duplicar la eficiencia energética.
No solamente estamos reduciendo las emisiones, sino que tenemos un sistema mucho más eficiente.
El proyecto, además, ya está en marcha.
En nuestro centro del proyecto tenemos dos casos en plantas reales, donde sí que se pretende instalar los sistemas de inducción y también otras tecnologías.
Y luego también, actualmente también, hay ya a nivel comercial sistemas de combustión que trabajan con hidrógeno.
Porque la novedad no solo pasa por utilizar hornos de inducción, sino también un vector energético del que se viene hablando mucho en los últimos meses, que no es otro que el hidrógeno verde.
La ventaja fundamental de la combustión de hidrógeno frente a la quema de gas natural es que no emitimos CO2 que estamos intentando evitar en el proceso.
Lo que generamos es vapor de agua.
No obstante, hay que analizar todavía todos los aspectos de su utilización.
Esto tiene unas ventajas desde el punto de vista medioambiental, pero también hay que analizar la viabilidad técnica, porque esas atmósferas que son rígidas.
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