Las lápidas de Sevilla: 1. la Catedral 464u31

La historia y las leyendas de Sevilla comentada por Josemaría de Mela.

Desde la más remota antigüedad, todos los pueblos procuraron guardar el recuerdo de sus personajes y sucesos más notables, escribiéndolos sobre piedra, bronce u otros materiales perdurables.

Sevilla no se sustrajo a esta costumbre, antes al contrario, desde su propia fundación como ciudad, cultivó este género epicográfico según nos refieres autores antiguos como Alfonso X el Sabio y el cronista árabe apellidado el Moro Racis, quienes aseguran que Hércules, el fundador de Hispalis, dejó aquí seis pósteles o pilares de piedra muy grandes y sobre ellos una gran tabla de mármol escrita.

A lo largo de los siglos, Sevilla ha ido plasmando los episodios de su historia local en inscripciones sobre mármol o sobre este otro material tan entrañable a los sevillanos que es el azulejo de Triana.

Así se ha ido perpetuando episodios de nuestra memoria histórica, muchos de los cuales se hubieran perdido sin este soporte, unas veces en el interior de los edificios civiles, religiosos o militares y otras veces en los muros exteriores de los mismos para conocimiento, aviso y lección de las sucesivas generaciones.

Tenemos o tuvimos lápidas alusivas a la erección de edificaciones de pública utilidad como las alóndigas, las ataonas de la ciudad, la aduana o el matadero de la puerta de la carne o a las sucesivas reconstrucciones de los muros y torres del recinto de la ciudad o a la introducción de mejoras urbanas como el paseo de la Alameda de Hércules o dando noticias al vecindario de la promulgación de leyes y pragmáticas como la existente en la calle Villegas esquina en la plaza del Salvador o en fin señalando los festejos del nacimiento de hombres que fueron ilustres en la vida sevillana.

Muchas de estas lápidas se perdieron en los últimos años al desaparecer edificios tristemente derribados en aras de un errado sentido del progresismo.

Otras persisten pero lamentablemente deterioradas o prácticamente destruidas ya por las inclemencias de la intemperie o por la acción de la incultura y la zafiedad de gentes irresponsables o por la incuria en fin de quienes más obligados están de velar por su conservación.

En poco tiempo hemos visto perderse muchas de estas venerables piezas del patrimonio histórico sevillano y por ello antes que las demás sigan el mismo penoso destino hemos querido hacer una recopilación de las que aún quedan y a la vez dar una voz de alarma en defensa de su conservación y de la restauración de las que todavía pueden remozarse.

Veamos ahora algunas lápidas que se encuentran cerca de la catedral.

Al pie de la torre de la Giralda en la esquina nordeste puede verse la existencia de lápidas romanas.

Al construirse la Giralda por orden del emperador de Marruecos a cuyo imperio estaba sometido Sevilla se destruyeron monumentos romanos para utilizar sus piedras como cimientos de la torre.

La traducción de esta lápida por don Francisco Mateos Gago cuando fue descubierta dice así a sexto julio posesor hijo de sexto de la tribu Quirinia perfecto de la tercera cohorte de los galos prepósito de número de los flecheros de Siria ítem de la primera ala de la caballería hispánica curador de la ciudad de los romulenses tributo militar de la legión decimosegunda fulminata curador de la colonia de los arcenses agregado a la tribu