Trending Misterio
iVoox
Descargar app Subir
iVoox Podcast & radio
Descargar app gratis
Relatos Sexuales Liberales
Mi pagina azul p2.

Mi pagina azul p2. 4c4q67

4/3/2025 · 41:40
0
1.4k
0
1.4k
Relatos Sexuales Liberales

Descripción de Mi pagina azul p2. 2c14u

Mi pagina azul p2. ...Te dejo que sigas, pero no quiero que me penetres, ni que intentes besarme... si quieres y gustas aportar al canal puedes arnos por o el pay pal [email protected] paypal.me/relatossex fuente / autor https://www.todorelatos.com/relato/227060/ 5q376q

Lee el podcast de Mi pagina azul p2.

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Gracias por estar en sintonía. Si aún no estás suscrito, te invito a hacerlo y no te pierdas ninguno de nuestros episodios. Ahora así comencemos. Mi página azul parte 2. Te dejo que sigas, pero no quiero que me penetres ni que intentes besarme. Al final del primer capítulo. ¿Quieres saber cómo continuó mi historia? Leía en el chat sin saber qué responder.

La excitación y el morbo que me creaba Marcos me estaban haciendo perder la cabeza y podía acabar afectando a mi hermano de rebote. Me preguntaba a mí misma dónde marcaría el límite a este juego. Capítulo 2. Me había ganado saber cómo continuaba su historia sin que por ello tuviera que seguir con su juego.

Aunque ya intuía lo que venía después. ¿Cómo continúa? Le pregunté sin mucho entusiasmo. Y esto fue lo que me explicó por el chat. Después de unos días, nos estábamos bañando en la piscina. Era el sitio donde parecía que no existían límites. Nos agarrábamos, nos rozábamos y nos provocaba calentura. Ese día la tenía agarrada por la espalda y, sin decir nada, comenzó a frotar su culo contra mi pene. Lo hizo por un corto periodo de tiempo para después liberarse y dirigirse a una esquina. Me hizo un gesto esperando a que la siguiera y a continuación la atrapaba por su espalda, empezando a impactarla con el pene en sus nalgas hasta correrme.

¿Y qué pasó después? Pregunté, cayendo atrapada otra vez por su historia.

Se dejó llevar. Cogió mi mano y la llevó a su entrepierna donde me hizo masturbarla por encima de su bañador. Escribía mientras alborotaba mi mente.

¿Y nada más? Volví a preguntar.

Nuestra relación continuó como siempre después de ese momento.

No puedo creerte. Algo así no puedes dejarlo pasar.

Así fue. Aunque no lo creas, lo sencillo para los dos fue actuar como si no hubiera pasado.

Me costaba creer en sus palabras, aunque tenían cierta lógica. Era evidente que se dejaron llevar y se les fue de las manos. ¿Y tu historia continúa o aquí acabó todo? Aún continúa un poco más, pero ya sabes lo que voy a pedirte.

Nosotros no tenemos piscina y ya he llegado a mi límite.

Le dije. Hace un momento, durante nuestro juego de rol, te vi muy emocionada imaginando que follabas con tu hermano. Pero no puedo hacer eso, tendría que ser muy explícita.

Intentaba que imitara a su hermana una vez más.

¿Qué averiguase la manera de iniciar ese juego y ver cómo reaccionaba mi hermano? A cambio, me ofrecía narrar el resto de su historia y, por supuesto, también me ofreció una donación, esta vez de dos mil euros.

No le prometí nada, ni siquiera intentarlo, pero Marcos se empeñó en que no descartara su petición. Solo debía esperar al momento adecuado y dejarme llevar.

No imaginé nunca que llegaría hasta aquí. Sus peticiones siempre me hacían experimentar situaciones tan intensas y placenteras que tal vez debería dejar una posibilidad a que sucediera.

Pasaron los días y le daba vueltas en mi cabeza.

¿En caso de actuar, dónde y cómo podría hacerlo? Con el calor que había en casa, era fácil ver a Frank con poca ropa, sin camiseta, con pantalones cortos y a veces se paseaba en boxer. Yo no tardaría en seguir sus costumbres.

Utilizaba camisetas ajustadas, sin sujetador e iba en braguitas.

Nos ruborizábamos mutuamente, miradas indiscretas e incluso algún pequeño roce o abrazo.

Era como si ambos buscáramos cualquier excusa para invadirnos.

Una noche hice la intentona de provocarle, estábamos bromeando en el sofá viendo la televisión. Frank se quejaba de que había elegido una pésima película de humor y que no le había hecho ninguna gracia. Me balanceaba sobre él, le intentaba hacer cosquillas, pero repeló mi ataque dejándome boca abajo. Se sentó sobre mis piernas y se inclinó hacia la espalda. Ahora era Frank quien me causaba cosquillas mientras notaba su polla clavarse entre mis glúteos. Por un momento pensé que ya era mío, que aprovecharía para frotarse, pero se dio cuenta de lo incómoda que se había vuelto la situación y se levantó.

Comentarios de Mi pagina azul p2. 4n6o1o

Este programa no acepta comentarios anónimos. ¡Regístrate para comentar!
Te recomendamos
Ir a Pareja y relaciones