Perlas líricas 07/04/2025 36l2m

Buenos días, tardes o noches a nuestros oyentes nacionales e internacionales, dependiendo de cuándo y dónde se encuentren ustedes en el globo terráqueo. Estamos en la boca del lobo. Yo soy Aurelio Gutiérrez y esto es Perlas Líricas.

Amigos líricos, bienvenidos al programa octogésimo cuarto de Perlas Líricas, su programa de música eterna y antimúsica basura. Ya saben que pueden escuchar este programa en primicia todos los lunes después de la tertulia y con posterioridad cuando lo subimos al canal Perlas Líricas de las plataformas iVox y Telegram y a la cuenta de Twitter Aurelio Gabaldón.

También pueden suscribirse al canal de YouTube Aurelio Gabaldón y seguir la cuenta de Instagram Aurelio Gutiérrez Tenor. Y hoy vamos más hacia atrás en el tiempo, vamos hacia los maestros de maestros. Y en este caso hoy toca hablar del barítono Antonio Cotoñi, un maestro de leyenda. Fue maestro, entre otros, de Lauri Volpi, ya como Lauri Volpi, de quien ya hemos hablado aquí.

Lauri Volpi, que a su vez fue maestro de Franco Corelli. Cotoñi fue maestro también de Carlo Tagliabue, quien a su vez fue maestro de mi último, maestro de canto, el tenor italiano Raffaele Cardone, que ya tiene actualmente 90 años. Como ven, esto es una cadena, el conocimiento vocal se va transmitiendo de generación en generación.

Antonio Cotoñi nació en Roma el 1 de agosto de 1831 y murió el 15 de octubre de 1918. Su padre, Raffaele, regentaba una pequeña fábrica de mayólica, una técnica para hacer cerámica decorativa, y siendo el segundo de cinco hijos, se inició en ese arte, en el arte de hacer mayólica.

Su pasión por el canto nació al escuchar a los estudiantes del Hospicio de San Michele, tanto que pronto comenzó a frecuentar la Escuela de Música Aneja. La voz blanca, inicial débil de soprano que todos los hombres tenemos cuando somos niños, se transformó gradualmente en contralto y luego, después del período de cambio de voz, en barítono. Ya saben que a los hombres nos cambia la voz cuando baja y se hace evidente la laringe en la adolescencia, lo que llamamos la nuez. En 1849 luchó entre los voluntarios de Garibaldi en Porta San Pancrazio.

Posteriormente pasó a estudiar primero solo teoría y luego canto con el maestro Faldi.

Comenzó a cantar piezas en solitario en iglesias romanas y en la llamada música de verano en algunas ciudades de la región de Lazio, como Anañi, Valmontone, Subiaco, Velletri y Viterbo.

En 1851 participó en la realización del oratorio San Eustachio di San Capocci en la iglesia de Santa María Invaldichella. Luego cantó el papel de Belcore en la ópera El elixir de amor de Gaetano Donizetti en una representación en casa de su maestro, de Faldi. En esta ópera hizo su debut ya en el teatro en el 26 de diciembre de 1852 en el teatro Metastasio.

El éxito fue inmediato pero después de eso dejó de cantar en público durante un tiempo, concentrándose en ampliar su repertorio. Estuvo ocupado en los años siguientes en espoleto cantando María di Roan di Donizetti, en lanciano o lanchano en italiano cantando trovador y regoletto de Verdi y esmeralda del compositor Battista y Don Queccio, el compositor de Giosa.