Programa 18 Con Jesús Vázquez y Lydia Bosch 3s5462

Llevas décadas enseñándonos lo mejor y lo peor de nosotros.

Nos has enseñado a reír, a llorar, a sentir emociones de todo tipo, nos has hecho compañía cuando nadie más estaba allí.

Pero lo más importante es que nos has enseñado el poder del que elige, ese al que llamamos espectador, que no es otro que cualquiera que tenga un mando o un ratón.

Hoy sabemos que si algo se emite es porque alguien lo ve, porque muchas personas han decidido verlo al mismo tiempo.

Y eso significa que, nos guste o no, somos lo que queremos ver.

Bienvenidos a este espejo en el que nadie es como aparece.

Bienvenidos al Chester TV.

Me hace mucha ilusión arrancar esta octava temporada del Chester con, más que un presentador, el presentador.

Una persona que ha estado detrás de casi todos los éxitos de esta casa.

Un gallego que ya es como uno más de cualquier familia.

Un tipo con el que prácticamente yo empecé en televisión hasta que nos peleamos en directo y delante de toda España.

No sé si hablaremos del temita en cuestión o no.

Lo que sí sé es que, diez años después, ha decidido aceptar mi invitación a sentarse conmigo en un Chester para hablar de algo que él conoce mejor que nadie, la tele.

A ver si en un momento de tanta crispación, confrontación y conflicto, conseguimos darle una oportunidad a la reconciliación, a la reflexión pausada y, ¿por qué no?, al perdón.

Es mi trabajo, mi pasión, la mitad de mi vida.

Y en algunos momentos difíciles, mi tabla de salvación.

Jesús Vázquez. ¿Qué tal? Gracias, amigo.

Bienvenido al Chester. ¿Qué ganas tenía? Buah, pues anda que yo...

Ha sido una larga historia hasta llegar aquí.

¿Verdad que sí? Muy larga, sí.

Pero aquí estoy. Me parece mentira a mí también.

Pero aquí estás. Mira, mira.

¿Cómo estás? ¿Cómo estás? ¿Cómo estás? Bien, ¿y tú? ¿Cómo estás? Bien, ¿y tú? Me parece mentira a mí también.

Pero aquí estás. Eres un hombre de palabra.

Vamos a decirlo. Sí, sí.

Te di mi palabra que iba a venir y aquí estoy.

Pues yo te agradezco mucho que hayas venido, que hayas cumplido tu palabra.

Habrá mucha gente flipando ahora mismo de vernos a los dos.

Sí, bueno...

Hay un tema que vamos a dejar, si te parece, para el final.

Vale.

Porque creo que... Bueno, el que nos compete a los dos.

Vale. Que creo que ese...

Nuestra escenita.

Que es una escenita casi como esas de sofá que se hacían antes en el teatro. Tal cual.

Vamos a dejarla para el final porque creo que eso nos va a dar pie a ti y a mí para dos cosas.

Para hablar sobre lo que pasaba detrás de la tele.

No lo que pasaba en pantalla, que todo el mundo lo vio, sino lo que pasaba detrás.

Y también para reflexionar sobre otras cosas que vamos a ir hablando por el camino.

Lo primero es hablar de la tele en general.

Vale. Que se llama así el programa, además.

Chester TV.

Y porque...

Porque yo creo que estoy echando cuentas.

Tengo 53, llevo casi 30 en la tele, o sea, que más de la mitad de mi vida en la tele.

Con lo cual eres un experto en la materia.

Bueno, soy un experto en hacerla.

Yo nací con esta cadena.

Señoras y señores, con todos ustedes, Ana Obregón.

¡Tope! Estás buenísimo y me traes de cabeza.

¡Saturday night, I feel the air is getting hot! Bienvenidos a Hablando se Entiende, La Vasca.

¡Tram verde! Falso. Es falso, señores.

Esa es fácil.

Yo soy carne de plató y de cámara y de estar en...