Programa realizado el 26 de febrero de 2025 en el centro de Mayores, Huerta de la Salud 3j4l

Hola, buenas tardes, queridos radiovivientes, que ya sabemos que tenemos muchos seguidores.

Os hablamos desde Radio Enlace 707.5, el final del diario.

Hoy estamos al completo, estamos muy contentos, porque vamos a hablar de una cosa que yo no me acuerdo ya.

Del amor.

No me acuerdo más eso.

Yo os traigo un escrito que se hizo aquí, abajo en el centro de Mayores, y que había que presentar un escrito porque nos daban luego un diplomita, que nos suelen dar muchos diplomitas, muchos papelitos.

Y es auténtico de un pasaje de mi vida, de un amor que tuve, y lo titulo Un amor imposible.

Amado mío, cuando leas esta carta será la última.

Estos tres años de amor han sido los más felices de mi vida, con la ilusión de casarnos en 1965.

Sé que piensas instalarte en España, pero en principio tendría que ir a Filipinas.

En estos momentos no puedo abandonar a mi familia.

Mi abuela, ha fallecido mi abuelo y mi abuela ha quedado imposibilitada.

A mi hermano de tres años que estaba jugando en la acera, una camioneta dio marcha atrás, se subió en la acera y lo mató.

Uno de mis hermanas gemelas de seis meses ha sufrido una deshidratación y también ha fallecido.

Mi madre tiene una gran depresión, en la actualidad somos siete hermanos y yo soy la mayor.

Mis 18 años han madurado de repente y comprendo que tengo que sacrificar mi amor por el bien de mi familia.

Cuando recuerdo cómo nos conocimos siento un escalofrío y tus profundos ojos negros desnudos en mi alma.

En el certamen de danza de cultura hispánica en Cáceres, tu grupo ganó el primer premio de baile, de ballet, porque era de ballet lo que hicieron con unas cañas, era filipino.

Mi grupo de baile Rosalía de Castro ganó también el primer premio de folclore puro.

Recuerdo tu figura atlética morena, solo con un taparrabos bailando sobre unas cañas, largas, mientras que nosotros estábamos vestidos de espantapájaros, todos cubiertos con paja, porque bailamos la danza del espantapájaro. Me seguías a todos los ensayos sin hablar.

El último día nos dieron una cena en un baile con orquesta y sin comentar nada me cogiste de la mano y con los cuerpos fundidos en uno solo bailamos toda la noche.

Nos escribimos, un día regresaste a casa, regresar a casa estabas esperándome, querías pedirles a mis padres para casarnos, cogidos de la mano visitamos el Palacio Real, nos despedimos con un largo y profundo beso que aún siento arder en mis labios y hoy con lágrimas en los ojos desgarrando mi alma y después de un intento de escribir cuatro cartas mojadas por el llanto tengo que decirte adiós, al gran amor de mi vida, nunca te olvidaré y siempre estarás en mi corazón, no podrás decirme con pasión déjame robarte un beso.

Había que escribir este escrito y había que poner la frase de déjame robarte un beso y yo la instalé al final.

Porque Isa, ¿esto es verdad? Sí, sí, sí, verídico todo, es verídico hasta lo que les pasó a mis hermanos, yo y todavía más porque claro, mi abuela quedó a mi caro y era inválida, entonces yo con diez años ya tenía que levantar a mi abuela de la cama y antes de irme al colegio ya la tenía que dar un jarro de leche, yo me tocaba preparar a mi hermana y a dos hermanos porque antes los colegios eran separados y llevarlos al colegio y fue una etapa.

Este hombre es real.

Este hombre es real, se ha estado escribiendo mucho tiempo conmigo, pero lo que pasa, lo que pasa es las cosas del amor.

Mi compañero y amigo de mi padre, porque yo estaba en el coro y ya sabes cómo eran esos tiempos, mi padre iba cuando hacíamos actuaciones de noche porque nos llevamos el primer premio en el Palacio de los Deportes de escasas regionales y mi padre me acompañaba a todo.

El día que no podía, como vivía muy cerca y él era tenor en la cuerda, no bailaba pero era tenor, entonces le decía a mi padre, acompaña a Isabel.

Me lleva once años, mi padre ni figurarse, mi padre ni figurarse.