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Hola, bienvenidos a Loque Infinito, el podcast diario de Peresfera sobre Apple y su ecosistema.

Yo soy Javier Lacorte y empezamos.

Ya estamos en el tiempo de descuento para los últimos días. Apenas dos semanas no llega para la WWDC, la conferencia desarrolladora de este año, con mucha promesa de revolución silenciosa, a veces realidades más bien tibias, pero ya tenemos filtraciones en todo lo que será, le doy ya toda la probabilidad prácticamente, el titular más visual del evento, que va a ser este rediseño completo de la interfaz de los sistemas operativos de Apple, con una interfaz más o menos unificada, llamada Solarium, internamente, que es mucho más que un cambio estético, sino que es una especie de síntoma, creo yo.

Solarium, ya digo, no va a ser solamente una actualización de iOS, iPadOS, macOS, etc., sino que es un giro visual que afecta incluso a los pequeños, muchas veces olvidados, como son WatchOS y tvOS, y en menor medida VisionOS, es decir, todo el ecosistema. Esto va a hacer que todo huela igual, transmitir sensación de modernidad, y sobre todo, llenar un poco un vacío que deja la ausencia de una verdadera nueva narrativa dentro de Apple.

Vamos a empezar por lo concreto. Solarium es como se refiere a Apple internamente a esta nueva interfaz, en referencia a los espacios de cristal que dejan entrar la luz, sin apenas filtros, generando la ilusión de estar dentro y fuera al mismo tiempo. Seguramente no hay un nombre más adecuado para el tipo de interfaz que se avecina, más traslúcida, más etérea, más flotante, muy inspirada en VisionOS y pensada sobre todo para crear una experiencia coherente en todo el ecosistema de Apple. ¿Qué vamos a ver? Voy dándolo más o menos por asumido. Fondos borrosos, menús que parecen estar suspendidos en el aire, flotantes, iconos rediseñados a formas un poco más orgánicas, esta mezcla entre círculo y cuadrado, que parecía que mucho le gustaba a Johnny Ive, Squircles, aunque Ive ya no está, y sobre todo, nueva gramática visual que se aleja de lo plano y se acerca a lo espacial, aunque nuestros dispositivos sigan siendo bidimensionales. Un detalle muy interesante es que la mayoría de estas novedades realmente no son, al menos, del todo nuevas.

No son innovación, sino, más bien, son traslación, porque son elementos que ya estaban presentes en VisionOS, que ahora migran también al iPhone, al iPad, al Mac. El futuro, parece decir Apple, no está en lo que viene, sino en reordenar mejor lo que ya tiene. Y ese es el primer indicio de lo que creo que realmente representa Solarium. Apple tiene una larga historia de rediseños visuales, y seguramente el más radical de todos, y el primero que se nos viene a la cabeza cuando hablamos de estos temas, es el de iOS 7 en junio de 2013, hace 12 añazos. Aquello fue un giro brutal respecto al escumorfismo de Scott Forstall, que eliminó texturas, brillos, sombras, todo para abrazar un minimalismo casi infantil, casi muy primario. Fue una forma de resetear el lenguaje visual del iPhone, que ciertamente mostraba ciertos signos de fatiga en ese momento. Y ahora, 12 años después, en 2015, Apple vuelve a hacer algo muy parecido, pero esta vez sin ruptura estilística, sino más bien una especie de evolución contenida, de esa traslación que os decía.

No hay Steve Jobs, no hay Jenny Ive, lo que hay es Tim Cook, y una estructura que prioriza mucho más la estabilidad por encima de la disrupción. Apple claramente también es otra respecto a la de hace 12 años. Y el rediseño de Solarium, por lo filtrado y por las pistas que han ido saliendo, creo que va a ser muy en la línea elegante, coherente y sobre todo conservador. Porque no hay que confundir rediseño con reinvención total. Lo que Apple seguramente va a hacer con Solarium no va a ser tanto crear otro paradigma de interacción, por decirlo así en el lenguaje diseñador, sino adaptar visualmente su software para que parezca nuevo, sin que realmente lo sea. En muchos sentidos es una operación como de maquillaje, no es algo muy cosmético y no es casual, porque Apple en este momento está en cierta pausa. El iPhone, su piedra filosofal, su piedra angular, la mitad de su negocio, vive en un estado de madurez prolongada. Las ventas se mantienen, no va mal, pero la emoción ha desaparecido.

Eso por supuesto se hace extensivo a toda la telefonía móvil y el iPhone es lo que mejor resiste, pero tampoco escapa a esta especie de fenómeno. La innovación en el resto del hardware tiene mucho de incremental. La IA generativa ha pillado Apple con el pie cambiado, y luego están OpenAI, Google y Microsoft cambiando productos de arriba a abajo. Y las Vision Pro, que son su gran apuesta reciente, aunque llevan más de un año en las tiendas, creo que todavía tienen más de promesa que de realidad. Creo que muchas veces pensamos más en ellas en clave de futuro que de presente todavía. Y en ese contexto Solarium no es solamente un rediseño, sino que es otra forma de seguir contando una historia. Es decir, seguimos evolucionando, seguimos siendo modernos, seguimos teniendo una visión, aunque sea en 2D, y mientras tanto Apple prepara su modelo de lenguaje para abrirlos a desarrolladores, como quien llega tarde un poco a una fiesta, pero intenta colarse por la puerta de atrás.

Y esto al final es un poco chocante, porque por un lado, Apple seguramente es la única empresa del mundo que puede convertir un cambio visual, estético, en un evento casi de la vida.