T1 #21 VOCES SINGULARES, aventuras literarias. 1t4j1

Voces Singulares Aventuras Literarias. Las palabras nos envuelven, nos transportan, nos hacen soñar. Hoy en Voces Singulares exploramos mundos donde la literatura y la imaginación van de la mano. Cristina y Susana preguntan a Omar Fornoyosa para qué sirve la poesía. En Mundos Invisibles Guillermo nos presenta a los ilustradores que dan vida a la fantasía. Miguel en Ocasiones Recuerdo Hechos nos trae su particular rescate del día. Ramón el hidratarta nos invita a escuchar voces que llenan.

En Versos en la carretera nuestro camionero poeta deja su rastro en poesía. Y una de nuestras panteras literarias rugirá con un nuevo relato. ¡Abrimos el telón! ¡Bienvenidos a Voces Singulares! La poesía es un latido, un susurro, una luz en la sombra. Nos acuna, nos despierta, nos nombra. Hoy abrimos Voces Singulares con versos que abracen el alma. Cristina Cifuentes y Susana Larruga nos invitan a descubrir para qué sirve la poesía. Es tiempo de sentir.

Cristina, Susana, el micrófono es vuestro. Hola queridos oyentes, bienvenidos una vez más a nuestro pequeño mundo de poesía. Hoy nuestra compañera Cristina nos trae una entrevista con Omar Fonoyosa. Ella lo presentará convenientemente. Yo solo quería añadir que sus poemas me saben limpios, pulidos y sin embargo muy espontáneos.

Esas contradicciones que tiene la poesía, esos misterios que ellos dos en su conversación intentan desentrañar en su hermosa conversación. Es la sección de nuestro programa como le da título ¿Para qué sirve la poesía? La poesía siempre, se me ocurre hoy, sirve para sorprendernos. Es el caso de la de Omar Fonoyosa, un poeta que en 2022 recibió el Premio de Poesía Iperión por su poemario Los niños no ven féretros.

Con elegancia Omar oculta su fecha de nacimiento. Era y sigue siendo descaradamente joven. Omar, es un placer tenerte en nuestro programa. La primera pregunta responde al título de la sección. ¿Puedes explicar para qué te sirve a ti la poesía? Sí, y además de una forma yo creo que bastante clara.

Buenas tardes y gracias por contar conmigo. Para mí la poesía es una especie de atalaya, una especie de poste en alto al que uno debe subirse para contemplar la realidad que todo el mundo ve, pero contemplarla de una forma distinta. Es decir, hay que desentrañar en los objetos cotidianos, buscar la esencia última de las cosas.

Decía Pablo Neruda, escribía poemas a cosas tan poco poéticas como pueden ser los calcetines o las cebollas, pero claro, es que Neruda no hablaba de las cebollas o los calcetines, sino que se refería a los calcetines como pequeñas libres suaves y para aludir a las cebollas decía redondas rosas de agua. Si uno es capaz de extraer esa esencia dentro de lo cotidiano, yo aseguro que las ensaladas no saben igual después de eso.

Original y precioso. Bueno, vamos con tu poema, Mario. Hay como un sol de la infancia, o eso he creído encontrar yo, un poco machadiano en la primera parte de tu poemario. Sin embargo, los niños novenféretros descansan sobre una mirada dirigida hacia la infancia, enfrentada desde la madurez, lejos de los recuerdos y los primeros besos, como dices en los distintos apartados del poema.

Un bildus román, que también lo nombras al cerrar el poemario. ¿Podrías contar a nuestros oyentes cuándo sientes que necesitas distanciarte de esa época y de alguna manera enfrentarte a la muerte? En realidad, a mí no me gustaría nunca distanciarme de la infancia, en aquellos tiempos dorados, aquel reino dorado, como digo también en algún poema, haciendo una actitud.