T1 #24 VOCES SINGULARES, aventuras literarias. 261756

Voces singulares, aventuras literarias. Buenos días o tardes o noches. Soy Belén y estoy dispuesta, un jueves más, a acompañaros en esta aventura literaria. Os traemos un programa donde, como se suele decir, en la variedad está el gusto. Imaginad que entramos en un gran almacén de historias. En una planta os espera el amor por la poesía.

En un pasillo repleto de almanaques encontraréis las efemérides. En una sala con una gran pantalla exploraremos la relación entre el cine y la literatura. En un departamento donde no sólo los dragones campan a sus anchas, los libros de fantasía cobran vida propia. Finalmente, en una de las salas, un gran telón aguarda para abrirse ante vosotros.

Nos damos un paseo y saboreamos cada rincón, pero antes de empezar, una noticia que seguro que os dejará un buen sabor de boca. Este sábado, en la librería La Montonera de Zaragoza, podéis encontrar a dos de nuestras voces en una mesa redonda de novela negra. ¿Quién es? Miguel Gardeta, junto a María Repiso y José Hernán Román y, para moderar, ni más ni menos que Guillermo Romero, que dejará por un momento sus mundos invisibles para adentrarse en la novela negra contemporánea. Así que sin más preámbulos, ¡comenzamos! Hoy en ¿Para qué sirve la poesía? Cristina y Susana se hacen una. La pasión con la que elaboran esta sección se siente en cada palabra y su complicidad añade un brillo especial. Así que no os cuento más y os dejo en sus manos, o mejor dicho, en sus voces.

Walt Whitman es un poeta estadounidense que vivió prácticamente todo el siglo XIX.

Como se encargó de remarcar Jorge Luis Borges, el gran escritor argentino y principal traductor al castellano del poeta que nos ocupa hoy, su vida no fue mesiánica ni original, como reza la leyenda que lo envolvía. Su aspecto singular, melenas largas y blancas barbas, su mirada dulce pero de hielo, nos recuerdan a un patriarca bíblico, pero nació en una familia con pocos recursos y muchos hermanos, así que no pudo cursar estudios oficiales. Aún así, buscó siempre trabajos relacionados con las letras, tan relacionados como tipógrafo en editoriales, columnista en revistas, articulista en periódicos. Al final de su vida fue secretario en diversos cargos públicos.

Más allá de la vida del propio personaje, lo importante y lo que mejor nos habla de él es su obra, sobre todo su gran poema, Hojas de hierba, que nos hace pensar en un alma de sensibilidad universal. Un momento, un momento, un momento. A lo mejor la introducción de Susana no os ha atrapado aún, pero si os digo que todos vosotros conocéis un verso de Walt Whitman, vamos a ver, a ver si os acordáis...

Márchese, señor Kitty. No fue culpa tuya. Siéntese, Anderson. Otra inconveniencia suya o de cualquier otro y le expulso de la escuela. Váyase, señor Kitty. He dicho que se vaya, señor Kitty.

¿No me oye? Siéntese. Siéntese. Se lo advierto por última vez, Anderson.

La recordáis, ¿verdad? Es la película El club de los poetas muertos, con Robin Williams.

Cuatro palabras. Solo cuatro palabras en una peli y ya todo el mundo conoce los versos de Walt Whitman.

Si queréis, podemos escuchar un bonito recitado de ese poema de Walt Whitman.