T17|E6 Experiencia Conclave 314m6n

Jesús se deja encontrar por quien lo busca, pero para buscarlo hay que salir.

Bienvenido a tu programa, aquí estoy, envíame.

Dentro del Vaticano, tras puertas selladas y con cardenales de todas partes del mundo, se llevó a cabo uno de los procesos más solemnes y reservados de la Iglesia Católica, el conclave.

Todos sabemos que durante siglos esta elección ha sido guiada por las necesidades de la Iglesia Universal, así como por el sopro del Espíritu Santo que se presenta en las oraciones de todos los cardenales reunidos.

Hoy queremos compartir estos momentos del conclave, van a decir, uuuh, ya pasó de moda, ya se está hablando de otra cosa, pero queremos compartir con el padre Rafael Luquín, que hoy nos acompaña desde Roma, cómo se vivió, cómo lo experimentó, por supuesto, él no es cardenal, él no entró a la Capilla Sixtina, él no estuvo dentro del conclave, pero estuvo participando de este acontecimiento histórico.

Yo le agradezco al padre Rafael Luquín, que hoy nos acompaña.

Padre Rafa, qué gusto que estés con nosotros.

¿Qué tal, padre? Un gusto también saludarlo y saludar también a toda la audiencia, así un poquito con diferencias de horarios, pues, pero uniéndonos todos con el cariño siempre para Nuestra Diocesis de Tepic.

Gracias por acompañarnos y fíjate que tocó a ti este acontecimiento histórico.

Estaba yo acordándome en el año 2005, cuando falleció Juan Pablo II, estaba yo estudiando precisamente en Roma, y esos momentos se vivieron de un modo muy distinto, como se vivieron 20 años después, con la elección del nuevo Papa.

Fallece Papa Francisco, se convoca al conclave, surge después del conclave el nuevo Papa, el Papa León XIV, y hace 20 años la comunicación era muy distinta, como es hoy.

La comunicación, sin duda, ha tenido una evolución grandísima, grandísima, y estos momentos que los vivimos hoy, 20 años después, de la experiencia que yo tuve a la experiencia que tienes tú, creemos que es importante cómo compartirlas, cómo los viviste, cómo te sentiste, qué percibiste del ambiente, y cómo se vive sobre todo en el momento que se anuncia al nuevo Papa, estando en la mismísima Plaza de San Pedro.

Sí, fue una experiencia realmente maravillosa.

Desde el primer día que inicia el conclave, para las votaciones en la tarde, éramos muchísimas, muchísimas personas en la plaza.

Por supuesto que era muy poco probable que ese mismo día en la tarde, solo con una votación, ya fuéramos a tener un resultado positivo, con el Homo Blanco.

Pero aún así la experiencia de poder oír esa fumata negra, y que además, como lo vimos todos, yo creo también, pues que se hizo larguísima, ¿no padre? Porque ya la gente estaba calculando, los expertos decían, pues la ceremonia en la que pasan los cardenales, y juran y dicen su nombre, y todo se iba a alargar un poco, pero ya para este rato ya tuvo que haber pasado, y al final creo que eran casi las 9 de la noche de Roma, cuando por fin pudimos ver aquella fumata negra.

Esa experiencia primera fue muy fuerte, fue emocionante, decía, pero sobre todo al día siguiente, yo tenía presente, bueno en la mañana teníamos clases, porque pues la vida sigue normal, era entre semana, pero desde la universidad más o menos cuando ya se acercaba la hora de la posible fumata en la mañana, nosotros teníamos en las pantallas las diapositivas de los maestros, y en una esquinita la transmisión en vivo desde el Vaticano, y así nos enteramos de la segunda fumata negra, la del mediodía, del jueves, 8 de mayo.

Pero ya por una tarde, la mayoría de la gente suponía que, por los antecedentes también en el conclave de Papa Francisco y de Papa Benedicto, que muy seguramente para esas, la cuarta o la quinta votación, ya tendríamos un resultado, de manera que la plaza comenzó poco a poco a llenarse, yo pude llegar a la Plaza de San Pedro hacia las 3 y media de la tarde, recuerdo que me tocó un muy buen lugar, estaba de frente, podía ver yo el balcón, y movía un poquito mi cabeza, y ahí veía ya la chimenea.

Pero pues era muy temprano todavía, el sol estaba fuerte, en algún momento pues más de alguno decíamos, y mejor nos alejamos, nos vamos a la sombra, pero ya al rato pierdes tu lugar.

Y pues fue estar ahí, esperando.