LAS VACUNAS Y LA VACUNACIÓN SON UNA CHARLATANERÍA EXTREMA. 1d156f

Las vacunas y la vacunación son una charlatanería extrema, dice el Dr. Vernon Coleman.

El siguiente artículo sobre vacunas desapareció de este sitio web.

Aquí está de nuevo, dice el Dr. Vernon, y ahora mismo lo divulgo por este medio aportando modestamente mi granito de arena a la causa.

A pesar de que reconozco tener cierto antagonismo por lo inglés, por diversas razones, me identifico plenamente con el Dr. Vernon, de lo contrario como si no iba a divulgar sus teorías y comentarios.

Pues venga, vamos al tajo.

Dice, El entusiasmo por la vacunación es probablemente el aspecto menos científico de la atención médica.

Se asemeja más a la charlatanería que a cualquier cosa relacionada con la ciencia.

Las vacunas no se prueban adecuadamente antes de su uso y no se realizan pruebas para verificar su compatibilidad entre sí o con otros medicamentos recetados.

No se realizan pruebas a largo plazo para ver cuánto afecta al sistema inmunitario.

Y quizás lo más extraño de todo, se istra la misma dosis de vacuna a todos los adultos e incluso, en algunos casos, a los niños.

Se istra la misma dosis a hombres y mujeres, jóvenes y viejos, gordos y delgados.

Nunca se intenta alterar la dosis de una vacuna según el tamaño del paciente.

Es bien sabido que el tamaño y la edad son factores significativos en todos los aspectos de la atención médica, pero los médicos no tienen en cuenta estas diferencias.

Nadie verifica si enfermedades como el cáncer son más comunes entre los vacunados que entre los no vacunados.

Se asume que las vacunas son buenas y que cualquiera que haga preguntas debe, sin debate, ser tildado de antivacunas, lo que algunos en el establishment consideran una forma de terrorismo.

En realidad, por supuesto, con la mayoría de los medicamentos no se intenta equilibrar la dosis según el peso o la edad.

Así, por ejemplo, se le istrará la misma dosis estandarizada de antibiótico a una mujer de 18 años que pesa 42 kilos que a un hombre de 45 años que pesa 17.

O a una mujer de 90 años que pesa 36.

No hace falta saber mucho de medicina, ciencia o del cuerpo humano para darse cuenta de que esto no es científico.

De hecho, es una locura.

No es de extrañar que ahora se reconozca a los médicos como una de las tres principales causas de enfermedad y muerte.

Considera absurdo y grotescamente poco científico que nadie haya realizado ensayos para probar diferentes dosis de vacuna con pacientes de distintos pesos y tallas.

Ningún médico ni científico puede abanar la prescripción de vacunas tal como se utilizan actualmente.

Por mi parte estoy de acuerdo en casi todo.

Pero debemos partir de otra premisa a la que desde Volskan News nos hemos dedicado con profusión.

Las vacunas tienen por sí mismas, al menos, las mayores contraindicaciones y secuelas comparable al medicamento más pernicioso.

Asimismo, es falso que hayan erradicado epidemias o pandemias.

Ha quedado dicho más de una vez que la población afectada ya había mejorado ostensiblemente por haberse solucionado el entorno insalubre que les rodeaba, la potabilización del agua y la mejor alimentación.

Aún así y aprovechando la ocasión, obligaron a vacunar a la población.

Lo que pasó después es que surgieron nuevas enfermedades inesperadamente.

Como siempre, fueron achacadas a circunstancias ajenas a los criminales laboratorios y a los que, cobrando de ellos, hacían de portavoces y vendían los productos con muchas ratanes de feria.

Actualmente se repite la historia.

Los medios de comunicación y los colegios de médicos, digamos que supuestamente, se forran obligando a las campañas de vacunación, sobre todo de niños y ancianos indefensos.

Ambos colectivos por indefensión dentro de las equiparables circunstancias que les rodean.

Teniendo en común la dependencia física y mental que les excluye para tomar decisiones per se.

No creo que todos los médicos sean conscientes del daño que están haciendo las vacunas.

Pero sí muchos de ellos.

Y se tragan el oficialismo como vulgares tragasables.

Vamos con una fuente oficial.

Ministerio de Sanidad del Gobierno de España, con X.

Sería mejor Ministerio de Susanchidad.

El Ministerio de Sanidad ha actualizado la estrategia Enictus del Sistema Nacional de Salud SNS para mejorar la atención integral de esta enfermedad desde la prevención hasta la rehabilitación.

Esta nueva versión, que actualiza la estrategia de 2009, incorpora las últimas evidencias científicas y el Plan de Acción Europeo de Enictus 2018-2030.

El enictus es una enfermedad con una alta incidencia que afecta a unas 120.000 personas cada año en España.