
Descripción de La vecina del sexto 2ª parte 4u2x4r
En este episodio se desvela qué le ocurrió al presunto culpable del relato de la semana pasada, el desarrollo del juicio, el fallo del jurado... y lo que ocurrió después... muchos años después... 6t2l25
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Bienvenidos a La Vida Mientras Tanto, un podcast para narrar historias de vida.
No pretendemos darte consejos sobre cómo debes vivir tu vida, queremos contarte cómo viven su vida otras personas no tan ajenas a nosotros.
Soy Alba Fité y os presento a Rosa Pardina, autora de las historias que va a compartir con nosotros en este podcast.
Rosa, muy buenos días.
Buenos días, Alba, buenos días a todos.
Hoy vamos con el desenlace del relato que empezamos la semana pasada, La vecina del sexto.
Pero antes os haré un pequeño resumen, para quienes no lo escucharon o no recuerdan exactamente lo que ocurrió.
El protagonista de este relato es un empresario, seguro de sí mismo, triunfador, que se vale de sus encantos para conseguir lo que quiere, sin caer en la tontería de tener escrúpulos, porque no los tiene ni los ha tenido nunca.
Está casado con la hija de un multimillonario, propietario de un importante grupo empresarial, del que él mismo ocupa un alto cargo directivo, y en gran parte gracias a su matrimonio, y tiene un hijo adolescente.
Un día, sale antes de la oficina, dándole a su secretaria una excusa absurda, cuando en realidad solo quería llegar pronto a su casa para ayudar a su hijo a preparar un examen.
Llega a casa, coge el ascensor y por error marca el sexto piso, que es el superior al suyo.
Ve la puerta de un apartamento abierta, se acerca para avisar, no contesta nadie, entra y se encuentra con una mujer muerta sobre la cama.
Es un asesinato, sin lugar a dudas, porque tiene un gran golpe en la cabeza, de la que ha salido un montón de sangre, seguramente asestado por un pesado quinqué, también manchado de sangre, que reposa macabro sobre la cama.
La policía lo interroga, claro, y él dice no conocer ni haber visto nunca a esa vecina del sexto piso, y que la ha encontrado por casualidad, por un error, al marcar la planta del ascensor, marcó el sexto, que es la planta de su oficina, en lugar del quinto, que es la de su casa.
Pero entonces las cosas empiezan a complicarse para él.
Encuentra huellas suyas en la casa en lugares inverosímiles, como el armario de la cocina, que él explica diciendo que tuvo que beber agua por la impresión y que por eso cogió un vaso, que luego lo lavó y lo colocó en su sitio.
Pero no solo eso, sale a la luz que la víctima tenía un amante cuya descripción coincidía con la suya, y que estaba casado y al que quería dar un ultimátum con una foto de este amante desnudo sobre la cama, la misma cama en la que se había hallado a la víctima.
Si no abandonaba a su mujer y se casaba con ella, haría pública la foto y entonces sería la esposa la que pediría el divorcio.
La foto ya había sido borrada del teléfono de la víctima, sin lugar a dudas la había borrado el asesino, pero la policía científica no tardaría en recuperarla y aquella imagen sería decisiva.
La semana pasada acabamos el relato en comisaría, cuando al finalizar el interrogatorio el comisario le dice a nuestro exitoso hombre de negocios que no puede acusarlo porque todas las pruebas contra él son circunstanciales.
Sin embargo, le advierte que debe permanecer localizable porque por ahora él es el principal sospechoso.
Y aunque se veía la legua que el comisario no lo creía, aquel día dejó que se fuera a su casa.
¿Seguro que no conocías al artista? Preguntó su esposa al llegar a casa.
¿Sabes que puedes contarme lo que sea? Hasta ella empezaba a dudar.
Te aseguro que no la he visto en mi vida, respondió él con aplomo, a pesar de empezar a sentirse mucho más inquieto de lo que quería aparentar.
A la mañana siguiente ya no pudo ni ir a la oficina.
Mientras se tomaba el café, dos policías fueron a su casa y lo conminaron a acompañarlos inmediatamente a la comisaría.
¿Estás seguro de que no conocía a la víctima? Le preguntó el comisario tras darle los buenos días.
Créame, señor comisario, cuando le digo que no tenía ninguna relación con ella.
Es más, no nos habíamos cruzado ni una sola vez y jamás la había visto.
Contestó con la voz un poco más insegura que lo normal y la sonrisa un poco congelada.
Usted y yo sabemos que esto no es verdad, respondió el aludido.
El propietario de la cafetería de enfrente de su casa los vio una noche, a eso de las nueve y media, cargando usted una maleta y entrando juntos en el portal de su casa.
Seguramente, usted pensó...
Comentarios de La vecina del sexto 2ª parte 4h5c48