
Descripción de Viernes IV de Pascua 5u3l4n
Este evangelio forma parte del discurso de despedida de Jesús en la Última Cena. En un momento de incertidumbre y temor para sus discípulos, el Señor los consuela con palabras de esperanza: “Que no tiemble vuestro corazón”. Es una invitación a la fe firme en medio de la confusión y del dolor que pronto vendrá con su pasión. 4j6aw
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Del Evangelio de Juan.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí.
En la casa de mi padre hay muchas moradas, si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar.
Cuando vaya y os preparo un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros, y a donde yo voy ya sabéis el camino.
Tomás le dice, Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino? Jesús le responde, yo soy el camino y la verdad y la vida, nadie va al Padre sino por mí.
Este Evangelio forma parte del discurso de despedida de Jesús en la última cena.
En un momento de incertidumbre y temor para sus discípulos, el Señor los consuela con palabras de esperanza.
Que no tiemble vuestro corazón.
Es una invitación a la fe firme en medio de la confusión y del dolor, que pronto vendrá con su pasión.
Jesús habla de irse, pero no como una despedida definitiva, sino como una preparación.
Va al Padre para preparar un lugar para los suyos.
La imagen de la casa del Padre con muchas moradas, expresa la acogida universal y la promesa de comunión eterna con Dios.
No se trata sólo de un lugar, sino de un estado de plena comunión con Él.
La pregunta de Tomás refleja la inseguridad de quien ama, pero no comprende del todo.
Y es entonces cuando Jesús pronuncia una de sus más profundas afirmaciones.
Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Con estas palabras Jesús no sólo muestra el camino hacia el Padre, sino que Él es el camino.
En Él se revela la verdad que da sentido a nuestra vida, y en Él está la vida plena, que supera incluso la muerte.
El Evangelio nos habla directamente al corazón, especialmente cuando pasamos por momentos de confusión, de temor o de pérdida.
Jesús no promete una vida sin pruebas, pero sí asegura que nunca estaremos solos y que nuestro destino está en el amor del Padre.
La frase yo soy el camino, la verdad y la vida es un compendio del Evangelio.
No necesitamos perdernos en múltiples búsquedas.
Seguir a Jesús es vivir en la verdad, caminar hacia el amor eterno y tener vida en plenitud, incluso desde ahora.
¿En qué momentos de mi vida he sentido miedo e incertidumbre? ¿He confiado en Jesús como mi camino? ¿Busco la verdad en Cristo o me dejo confundir por tantas voces del mundo? ¿Qué significa para mí que Jesús ha preparado un lugar en la casa del Padre?
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