001 - SECRETOS VATICANOS - PARTE UNO 2a6515

Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea tu nombre venga a nosotros tu reino hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo el nuestro cada día dánosle hoy y no nos dejes caer en la tentación más vas a ver secretos vaticanos por luis arrizabalaga para alberto espero que allá donde estés haya cervezas la última voz audible antes de la explosión del mundo será la de un experto que diga eso es técnicamente imposible peter ustinov el corazón del hombre necesita creer algo y cree mentiras cuando no encuentra verdades que creer mariano josé de larra brillaba el cervatillo de piel manchada corría y brincaba persiguiendo una mariposa que revoloteaba con insistencia alrededor de su hocico a pocos metros la cierva pastaba apaciblemente sin dejar de vigilar los movimientos del cervatillo en un momento en que la cierva miraba en dirección opuesta el cervatillo se adentró en la carretera y comenzó a mordisquear las brizna de yerba que crecían entre las numerosas grietas del asfalto la cierva alzó la cabeza sin dejar de mover las mandíbulas con un destello de preocupación en su mirada pronto recordó que aquellos endiablados artilugios que solian pasar a toda velocidad por caminos como ese ya no lo hacían la cierva pensó que el mundo era un lugar mejor desde que los humanos se habían extinguido en el aire ya no flotaban aquellas pestilencias y tampoco quedaba ni rastro de los humos negros e insanos el agua de los ríos era más fresca y que coño hasta la yerba sabía mejor la hierba escuchó un crujido a su espalda y se giró con rapidez alerta con las orejas muy levantadas los humanos habían involucionado hacia una nueva clase de depredador olían a muerte pero continuaban caminando para la cierva no representaban una amenaza seria de hecho eran unos depredadores patéticos lentos y torpes á la sierva le resultaba muy fácil huir de ellos pero en ocasiones su número era tan elevado que la cosa se complicaba las hojas de los árboles más cercanos crujían agitadas por el viento produciendo un susurro casi constante de pronto un imponente macho de ocho puntas emergió de entre los árboles avanzando sigilosamente estaba oyendo algo la sierva resopló y sacudió la cabeza el sonido fue en aumento un rumor mecánico se aproximaban las astas del macho ocho dieron la impresión de desplegarse cuando se puso a mirar a su alrededor preguntándose de dónde procedía aquel sonido se detuvo un momento golpeando ansiosamente con sus pezuñas el suelo húmedo la sierva lanzó un gemido cuando comprendió que su retoño continuaba en mitad de la carretera supo que aquel sonido pertenecía a uno de esos estridentes cacharros que antes pasaban por esos caminos escupiendo humo por sus cuartos traseros el cervatillo alzó la cabeza justo a tiempo de ver como un viejo y descolorido citroen se abalanzaba hacia él con más ruido que velocidad el conductor del santiaguito un quiebro para evitar el atropello y perdió durante un segundo el control del automóvil que se desplazó unos metros lateralmente mientras los neumáticos aullaban por el esfuerzo joder casi lo pillamos nunca exclamó el conductor del destartalado automóvil dirigiéndose a una hembra de pastor alemán acurrucada en el asiento de al lado la perra levantó las orejas y lo miró con ojillos somnolientos preguntándose cuándo llegaría la hora de comer en seguida supo que no iba va a hacer en ese momento y hundió la cabeza entre las patas delanteras pocos minutos más tarde el cansado citroen se adentraba en el aparcamiento del carrefour de oiartzun reduciendo la velocidad para evitar hacer demasiado ruido aunque su conductor ya sabía qué ruido era lo que mejor sabía hacer ese coche