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Manual del corredor
269. El pie del corredor. El gran olvidado

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15/4/2025 · 32:05
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Manual del corredor

Descripción de 269. El pie del corredor. El gran olvidado 141w4q

Todos hablamos de los cuádriceps, del core, de cuánto peso levantar en el gimnasio o de qué zapatillas usar… pero muy pocas veces pensamos en entrenar los pies, cuando en realidad son la base de toda nuestra zancada. El pie no es solo un bloque que apoya y despega; es una estructura muy compleja con un montón de músculos pequeños, tanto internos como externos, que hacen un trabajo brutal en cada paso. Son responsables de mantener el arco plantar estable, de amortiguar el impacto cada vez que caemos, de ayudarnos a impulsarnos hacia adelante y, además, de darnos equilibrio y control para que no nos torzamos o perdamos eficiencia. Estudios: Svilar L. et al. (2024). Sci Reports: ejercicios de short foot mejoran umbral de lactato y rendimiento en corredores de fondo Curtis R. et al. (2021). Sci Reports, 11: “Daily minimal footwear increases foot strength” – aumento 57% fuerza en 6 meses​ Taddei U. et al. (2020). Am J Sports Med, 48(12): estudio sobre entrenamiento de foot core y reducción de lesiones en corredores 4b5w4p

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Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Cuando pensamos los corredores sobre la musculatura específica de correr, siempre pensamos en esos isquios, quadriceps, gemelos, esos músculos principales, pero a veces no nos acordamos de una de las articulaciones, una de las partes más importantes que tenemos en nuestra estructura compleja como seres humanos.

Es que el pie humano tiene 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos, tendones y ligamentos, trabajando de una forma coordinada o en conjunto.

Estos músculos se dividen en dos grupos principales, los famosos músculos intrínsecos, que son los que se originan y se insertan dentro del pie, y los extrínsecos, que se originan en la pierna y ya van directamente hacia el pie.

Los músculos intrínsecos son pequeños, pero esenciales, controlan los movimientos de los dedos, como la flexión, la extensión, la separación o el acercamiento, sobre todo de los dedos, y contribuyen también a mantener la estabilidad del arco plantar.

Por su parte, los músculos extrínsecos, como gemelos, óleo tibial anterior y posterior, peroneos, esos músculos que siempre van a abocar hacia el pie, mueven el tobillo y el pie, ya sabes, son los que provocan la flexión plantar, la flexión dorsal, la inversión.

Sabemos que es algo muy importante. Una forma útil de entender esta anatomía es pensar como si todo estuviera en el núcleo del pie. Vamos a decir como si tuviéramos un core dentro del propio pie. Hay una terminología en inglés que se llama el foot core, que al igual que como sucede con el core abdominal, que en este caso estabiliza el tronco, si hablamos del pie, este foot core estabiliza la base de nuestro cuerpo. De hecho, la principal función de los músculos del pie es mantener nuestros arcos plantales y sobre todo la estabilidad del pie durante la marcha y la carrera. Estos músculos actúan como auténticos cimientos de una casa. Si estos cimientos son débiles, pues toda esa estructura tiembla.

Del mismo modo, un pie inestable o débil provocará inestabilidad en las articulaciones, incluso superiores, como rodillas, cadera y columna en cada pisada. Cuando estamos corriendo, el pie tiene varias funciones o objetivos, y es muy interesante que los entiendas. Sobre todo, un pie fuerte que mantiene el arco plantar con esa tensión evita esos colapsos excesivos.

Esto proporciona una base estable para que la rodilla y la cadera se muevan en el plano adecuado, reduciendo esos movimientos indeseados. Como decía, los músculos intrínsecos sostienen el arco como si fueran tirantes. Es decir, mientras que los músculos extrínsecos, que son los que van a derivar a nuestros pies, van a poder ayudar a soportar el arco del pie.

Esta estabilidad es crítica en cada apoyo para evitar los vaivenes que podrían estar restando eficiencia y causar lesiones. También debemos olvidar que nuestros pies son los que se van a encargar de amortiguar el impacto de cada zancada. Y es que el arco plantar se aplana de una forma ligera, actuando como un resorte, como un amortiguador que impacta contra el suelo.

Los músculos del pie, junto con la fascia plantar, y esto seguramente ya os empezará a sonar, sobre todo los que habéis tenido alguna vez fastitis, pues controlan sobre todo este aplanamiento cada vez que pisamos. Piensa como un auténtico amortiguador, un arco flexible que absorbe cada parte del golpe al o y luego recupera su forma.

Unos músculos plantares fuertes permiten que el arco ceda a lo justo, es decir, que no colapse por completo, y que recupere su curvatura de una forma rápida, protegiendo así esas estructuras superiores como la rodilla y la carrera.

También queremos correr rápido, y es que nuestros pies nos propulsan hacia adelante.

En la fase de despegue de la pisada, el pie debe pasar de amortiguador flexible automáticamente a esa palanca rígida para impulsar nuestro cuerpo hacia adelante. Aquí los músculos del pie y del tobillo se contraen de una forma muy activa para darle rigidez al pie.

Es decir, para que lo entiendas un poco más fácil, nuestros músculos se van a convertir en un arco que en una catapulta tensa nos va a impulsar en cada zancada, mientras que un pie débil funciona perfectamente.

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